Tener un hijo, cambiar de carrera y llevar un tiempo de especialización, tomarse un año sabático para viajar o sufrir una enfermedad larga. Todos estos motivos pueden ocasionar una brecha en tu CV que tengas que explicar a la hora de volver a buscar trabajo. Te explicamos cómo manejarlo para que no te perjudique frente a los reclutadores.
Haz que tu CV parezca profesional desde lo estético
Los reclutadores no tienen mucho tiempo para analizar detenidamente cada uno de los currículums. Literalmente, juzgan al libro por la portada. En este caso, tu portada es tu CV, la hoja que resume tu vida laboral.
Por este motivo, si la hoja de papel o el pdf que te representa tiene letras de colores ilegibles o muchos dibujos probablemente el que lo tenga que leer pase de largo. Como estrategia, no uses cualquier plantilla de CV, elige algo que sea neutro, sencillo y fácil de entender. Los reclutadores te lo van a agradecer.
Incluye una carta de presentación
A muchas personas que buscan trabajo la carta de presentación les parece una pérdida de tiempo, pero esto no es así. En la carta puedes explicar qué fue lo que te dejó parado durante tanto tiempo. Escribe con sinceridad y explica los motivos, si del otro lado te topas con un ser humano empático, te comprenderá.
No hace falta que vuelvas a redactar todo cada vez que te postulas. Puedes tener un modelo de carta de presentación guardado en tu ordenador y con pequeñas modificaciones lo personalizas para no enviar siempre algo genérico a las empresas.
Postúlate a todo lo que encuentres
Bueno, a “todo-todo” no. Postúlate a los puestos de tu área que consideres relevantes, aún cuando tu CV no sea el más impresionante. A veces da miedo postularse a cargos gerenciales o que piden mucha experiencia, pero nunca está de más intentarlo.
Si la compañía tiene pocas opciones para elegir y necesita llenar el puesto cuanto antes, elegirán a un candidato aunque no sea el ideal. Si tu CV no llena todos los casilleros pero coincide a grandes rasgos con lo que están buscando, postúlate. Es como los concursos, si no participas nunca ganarás. En cambio si te animas, tal vez podrías llevarte una sorpresa agradable.
Ordena los datos y fechas en tu cabeza
Confeccionar un currículum nos obliga a pensar en fechas y datos sobre nuestra propia historia. Posiblemente no recuerdes qué día entraste a la universidad, pero sí el mes. Si algún sitio te pide ese dato tan específico, da una fecha aproximada y luego recuérdala.
Conviene tener un CV impreso a mano o ir anotando en un papel todos estos datos. A veces una cosa tan simple como que no coincidan las fechas de la carta de presentación con las del currículum puede llevar a que descarten tu perfil.
Sé prolijo para evitar la disonancia de datos, todo debe tener un sentido en tu historia de vida. No pongas datos porque sí. Recuerda que los reclutadores tienen muy poco tiempo para revisar cada currículum así que sería importante que hagas pequeñas modificaciones a tu CV antes de enviarlo. Si están buscando un periodista, pon la palabra “periodista” en vez de “redactor de artículos para periódico”; siempre sin mentir ni exagerar. Este tipo de detalles te ayudarán a llegar al éxito.
Sea cual sea el motivo por el cual estuviste parado un tiempo, no sientas pena. Recuerda todo lo que has recorrido para estar aquí de nuevo buscando empleo y sé empático contigo mismo. Ten en cuenta que tú eres dueño de tu narrativa. Tú vas a elegir si la tuya es una historia triste o una historia de resiliencia y aprendizaje. La clave está en el enfoque que le des.
Capacítate
Si estás en una industria dinámica y estuviste fuera bastante tiempo, es posible que tengas muchas cosas para aprender. Siempre hay nuevas herramientas y conocimientos para ampliar los horizontes y demostrarle a tu futuro empleador que tienes muchas ganas de volver a trabajar.
Si el dinero es un problema, puedes aplicar a una beca o buscar capacitaciones gratuitas en internet. LinkedIn ofrece cursos en línea gratuitos y Google, a través de Coursera, también. Puedes aprender una habilidad informática, aprender a usar un programa de edición o incluso mejorar tu manejo de Excel, todo es válido a la hora de incorporar un saber nuevo.
Además siempre existe la posibilidad de aprender un nuevo idioma o mejorar tu inglés con alguna de las diversas aplicaciones gratuitas como Duolingo. Siempre se puede hacer algo aún sin realizar una gran inversión monetaria.
Sigue ampliando tu red
Los cursos presenciales y los eventos de tu sector pueden ser un buen lugar para hacer networking y seguir ampliando tu red.
Una buena parte de las ofertas de trabajo disponibles no llegan nunca a los portales de búsqueda de empleo porque se completan con personas conocidas de los empleados de la empresa.
Un equipo de investigadores de LinkedIn junto con la Escuela de Negocios de Harvard, Stanford y el MIT hicieron un estudio sobre los perfiles de más de 20 millones de usuarios y descubrieron que los contactos de tus contactos son tus mejores aliados a la hora de buscar un trabajo nuevo.
No te rindas antes de empezar
Enviar postulaciones y no recibir respuestas o estar en un proceso de selección largo son etapas que producen mucho estrés y preocupaciones. Es importante buscar ayuda para pasar este mal trago. Hablar con familiares o amigos sobre este proceso puede hacerte sentir más liviano o darte otra perspectiva.
Al mismo tiempo, ten en cuenta que buscar trabajo es un trabajo en sí y que muchas veces es necesario recorrer una curva de aprendizaje para encontrarse sólido a la hora de presentarse y mostrar un perfil atractivo.
Algunas empresas requieren que el candidato rellene formularios o haga tests de personalidad solamente para saber aplicar. Tómalo con calma y llega hasta el final. Mira el lado bueno: si el camino para completar la solicitud es largo y tedioso, probablemente tengas menos contrincantes al final del día.