Es cierto que gracias a Internet, hoy todo lo que nos preguntamos está en los buscadores, estamos a un segundo de enterarnos de lo que pasa en el mundo o de recordar lo que pasó cuando no existíamos. En medio de un constante torbellino de información en la cual podemos depositar o no nuestra confianza. Es cierto, vivimos en la era más conectada de la historia.
Pero es innegable también que hubo un tiempo donde, seguramente con menos certezas, teníamos que dedicar más tiempo al conocimiento, a la búsqueda, a la memoria, a confiar en nosotros mismos. A estar conectados de forma más humana.
Por eso, hoy queremos hacer una pausa y repasar una pequeña lista con las diferentes formas que usábamos para encontrar respuestas antes de Internet:
1. Hablar con nuestros abuelos.
2. Tener un cuaderno o un agenda para anotar, escribir, borrar y volver a escribir.
3. Ver el Mundo del Profesor Rosa.
4. Busca en los libros.
5. O simplemente, inventar tus propias respuestas.