Shabú
La shabú es una metanfetamina cristalina, altamente adictiva y que otorga al consumidor un “levantón de energía”. De origen filipino, la droga se extrae a partir de la efedrina, un ingrediente activo que se halla en medicamentos contra el resfriado pero prohibidos en filipinas.
Conocida como “la droga de los pobres”, permite que el consumidor no duerma durante varios días, y a la larga provoca un severo agotamiento físico y mental. La shabú puede ser esnifada, por vía oral, inyectada o fumada. Durante su ingesta, el consumidor experimenta contracción espasmódica de músculos, sudoración, alucinaciones y brotes de psicosis y violencia. La droga además deja en sus consumidores un color grisáceo en los dientes.
Ayahuasca
La ayahuasca no es una droga recreativa, sino una bebida legendaria preparada en los países amazónicos que permite acceder a estados alterados de conciencia y, según la tradición, realizar curaciones. La mezcla se realiza a partir de diversas hierbas con una gran variabilidad en su composición y perfil farmacológico que se hierven durante 16 horas. Posteriormente, y en medio de un ritual, los viajeros ingieren la bebida. Según la tradición, aquel que beba la ayahuasca debe de hacerlo con una intención clara y con un rumbo fijo.
Esta bebida es estudiada por farmacólogos, psicólogos y psiquiatras por su relevancia en la ruptura de procesos dañinos y desintoxicaciones, además de su posible uso para el tratamiento de la depresión, la ansiedad, trastornos de personalidad y la esquizofrenia.
Popper
Este es el nombre que reciben ciertas sustancias químicas compuestas por nitrito de amilo, nitrito de butilo y nitrito de isobutili. Se trata de un líquido incoloro y con un fuerte olor que suele inhalarse con la intención de aumentar el placer sexual.
En la década de los 70, la revista Time publicó que se trataba de una droga utilizada por los homosexuales para aumentar el placer durante sus relaciones sexuales, aunque la práctica pronto se extendió entre parejas heterosexuales también. Sus efectos radican en acelerar el ritmo cardiaco y la dilatación de los músculos del ano y de la vagina, además de que sus usuarios han argumentado que mejora sus orgasmos, y en el caso de los hombres, las erecciones.
Sin embargo, la ingesta de Popper puede producir pérdida del conocimiento, confusión mental, ceguera, quemaduras al contacto con la piel y aumento de la presión arterial. Si se aspira el líquido en lugar de los vapores, puede ocasionar graves daños al cerebro e incluso la muerte.
En Estados Unidos su consumo no está penado, pero su distribución “puede” ser objeto de castigo penal.
Escopolamina
Conocida como “Burundanga” o “Droga del Diablo”, la escopolamina es una droga altamente tóxica que se extrae de una planta de la familia de las solanaceas. Se trata de una de las drogas más usadas para cometer robos, secuestros y violaciones con el consentimiento de la víctima debido a que la sustancia se muele hasta convertirse en un fino polvo, mismo que se diluye en bebidas, cigarrillos y una vez inhalado por la víctima, anula la voluntad de la víctima.
La escopolamina actúa como depresor en las terminaciones nerviosas y el cerebro, causando que una persona, sin mostrar algún efecto psicotrópico, pierda la capacidad de decidir sobre sus acciones. La ocasión es aprovechada por delincuentes para usar a la víctima en sus fines delictivos o bien, secuestrarla o violarla. Tras el efecto de la droga, la víctima presenta amnesia.
Además de fines delictivos, la escopolamina también se utiliza, en pequeñas cantidades, para prevenir y tratar el mareo, las náuseas, colitis y vómitos causados por viajes en carretera, avión o barco. Su acción sedante se usa en el tratamiento del Parkinson.
Krokodil
También conocida como desomorfina, el krokodil es un análogo de opiáceo cuyo origen puede rastrearse a 1932 en Estados Unidos. Su nombre proviene de la palabra cocodrilo en ruso, cuya piel es similar a las escamas que los usuarios desarrollan.
Hace unos meses, en México recibió gran atención porque se supuso que había llegado a nuestro país y amenazaba a una “población vulnerable”. El krokodil puede ser fácilmente elaborado a partir de precursores como la codeína, yodo y fósforo rojo, y su proceso es similar al realizado para obtener metanfetaminas, aunque el resultado es impuro y altamente contaminado con subproductos tóxicos y corrosivos.
El “resurgimiento” de esta droga se relaciona con la reducción en la accesibilidad y al aumento del precio de la heroína en Rusia, donde comenzaron a realizarse nuevas mezlcas en aras de encontrar una nueva sustancia.
Su nivel de adicción es el más alto en comparación con otras drogas, pues con una par de dosis se genera una adicción, y en menos de dos meses comienzan las pérdidas de piel y carne acompañadas de infecciones severas.
Sus efectos van desde la trombosis, hemorragias, úlceras en la piel, gangrena hasta infecciones en la piel, pérdida de miembros del cuerpo y desprendimiento de la piel.
Jenkem
El nombre proviene del vocablo “genken” utilizado para referirse a cualquier sustancia similar al pegamento que se use como droga, aunque a diferencia de éste, la sustancia que se utiliza son las heces fecales. Sí, el Jenkem se trata de un inhalante y alucinógeno hecho a partir de estiércole. Su origen se remonta a Sudáfrica y el uso de esta “droga” recibió atención a partir de trabajos periodísticos británicos en el continente, especialmente entre los niños de la calle en Zambia.
El proceso consiste en guardar las heces fecales en un frasco y cubrirlo con un globo. Posteriormente, se deja que el estiércol se fermente al sol para luego inhalar el metano concentrado en el globo.
Los efectos duran alrededor de una hora y consisten en poderosas alucinaciones producto de la alteración de la percepción.
Khat
Mejor conocido como “el té de los árabes”, el Reino Unido lo clasificó como una droga clase C, junto con los anabólicos y los benzodiacepinas. El khat es un arbusto de hojas perennes que provocan un leve efecto estimulante por un lapso de entre cuatro y seis horas.
Las hojas del arbusto, hechas té, se originan en Kenia, Yemen y Etiopía, donde masticar Khat es visto como una ayuda para la contemplación religiosa y con fines medicinales. Por ende, la comunidad de esos países que ha migrado al resto del mundo, ha llevado la tradición con ellos, aunque diversos países de la Unión Europea, Reino Unido, Estados Unidos y Canadá han prohibido su uso.
Los consumidores del khat han dicho sentirse más alertas, felices y conversadores después de su uso, y las propiedades adictivas son similares a las de la cafeína.
El consumo del khat puede provocar problemas mentales preexistentes y sentimientos de ansiedad y agresividad, inflamación en la boca y daño a los dientes.