También podría ser llamada huevo-sepultura, porque esta pareja de artistas italianos ha diseñado una cápsula biodegradable en forma de huevo, en la que depositar los restos mortales en posición fetal. El toque final consiste en plantar la cápsula envuelta en las raíces de un pequeño árbol, escogido por el difunto antes de fallecer. «Los árboles son elegidos según la zona climática, donde estará ubicado el bosque», cuentan Citelli y Bretzel desde Italia.
Según el diseño original, serán los familiares y los amigos del difunto quienes cuidarán de la planta, que se alimentará de los cuerpos en descomposición. Además, habrá un mapa del bosque para poder encontrar el árbol-familiar después de que haya crecido.
«Como diseñadores, nos planteamos el papel que tenemos frente a la sociedad. Por eso, además de dedicarnos a crear objetos destinados a la vida cotidiana, hemos hecho una reflexión sobre la herencia que dejamos a través de estos objetos, después de la vida terrenal. De ahí, la decisión de que Capsula Mundi esté hecha de plástico biodegradable, para que no tenga un fuerte impacto medioambiental», explican los autores del proyecto.
El fin último es transformar los cementerios en florestas sagradas, en las que cada árbol mantendrá viva la memoria de alguien que ya se fue. Sin embargo, existen varias restricciones para este tipo de conversión del rito fúnebre. «En Italia está prohibido el uso de ataúdes biodegradables, pero no nos consta que esté prohibida su comercialización», explican los italianos. Otros países como Suecia, Noruega, Gran Bretaña y EE UU sí admitirían esta solución, para la que todavía no se ha fijado precio.
El tiempo dirá si este proyecto dejará de ser tan solo un prototipo. Por lo pronto, no queda claro cómo será llevada a cabo la manutención de los árboles y quién pagará por ello. Tampoco se sabe si se efectuarán controles sanitarios para evitar que las bacterias y los virus presentes en los restos en descomposición contaminen el suelo en el que se plantará la huevo-sepultura.
«Para nosotros, la muerte es un momento de transformación que confirma la pertenencia al mundo natural. Es un renacimiento bajo otra forma, la entrada al mundo espiritual. Este es uno de los temas a los que la mayoría de los artistas se han enfrentando, y nosotros estamos dando nuestra contribución», concluyen los creadores de la Capsula Mundi.
Al margen del romanticismo del bosque sagrado que propone Capsula Mundi, la muerte necesita ser administrada para que los nuevos difuntos tengan espacio al pasar a mejor vida. Cada año en el mundo fallecen 55 millones de personas. Principalmente por esta razón, la investigación para optimizar la arquitectura de las necrópolis es un fenómeno tan recurrente como necesario. Ubicadas en las áreas centrales de las grandes ciudades, porque las urbes fueron creciendo a su alrededor, precisan de cuidados eternos y siempre van a tener nuevos habitantes.
En este sentido, los cementerios verticales parecen ser una alternativa sostenible. El más alto del mundo está en Brasil, país que se destaca en este tipo de construcciones. Se llama Memorial Necrópole Ecumênica y se halla en Santos, ciudad costera al lado de São Paulo. Construido en 1983, tiene 14 plantas, 14.000 nichos y un lugar en el libro de los Guinness.
POR VALERIA SACCONE ( @VALERIA_YPUNTO ) via Yorokobu