Cosas a las que no debes renunciar aunque hayas encontrado el amor

Naces, creces, te enamoras, le cedes tu tiempo, tu espacio, tu cariño, tus decisiones, tus valores, tus pasatiempos, tus gustos, tus metas… tu esencia. Y de pronto te das cuenta que debiste hacer las cosas diferente, pues poco a poco te perdiste a ti mismo…

Cualquier persona que haya tenido una pareja y se haya enamorado perdidamente, sabe que en esa etapa de encantamiento lo único que se desea es mimetizarse con el otro y hacerse, como dice el cliché: “uno mismo”. Y aunque eso podría parecer la situación perfecta, porque es así como aprendimos que debe ser el amor, lo cierto es que aquella mágica ilusión podría convertirse en una pesadilla si no se toman en cuenta algunos aspectos que cuidan, precisamente, la forma de ser, pensar y actuar de uno mismo.

Si te encuentras en una relación, o piensas tener una en el futuro, es importante que tomes en cuenta las siguientes acciones que no debes dejar de atender mientras tienes novio/a:

Tomar decisiones por ti mismo

Si bien es importante escuchar a las personas que te quieren cuando necesitas la opinión de alguien, también lo es tener la última palabra al decidir sobre algún aspecto que involucre un cambio en tu vida, a menos que las consecuencias del cambio le afecten a ambas partes.

Conocer gente

Aunque parezca ridículo, muchos dejan de conocer gente cuando tienen pareja y olvidan que parte de enriquecer la vida diaria es tratar con nuevas personas de las que se puede aprender y formar amistad.

Tener un hobby

Si tienes algún hobby, así sea coleccionar estampitas de álbum de futbol, andar en patineta, tocar con tu banda o cualquier actividad que implique un momento de satisfacción propio, jamás debes dejar de hacerlo por alguien, ya que eso es parte de tu personalidad y parte de la pasión que le compartes a tu pareja. Recuerda siempre reservar un espacio para ti.

Salir solo/a

Claro que es increíble pasear por todos lados con la persona que amas; sin embargo, no debe ser un requisito para salir. No apliques la de “Si no va él/ella, no voy yo”.

Cumplir con tus responsabilidades

Aquí vas a recordar la frase que te dice tu abuelita: “Para todo hay tiempo”. Sólo es cuestión de saberlo administrar.

Salir con amigos y familia

Aunque lo ideal es que la pareja también sea como una amistad, eso no significa que se deban dejar a un lado las verdaderas amistades, las que van a estar para nosotros cuando la relación termine. Y qué decir de la familia, también es necesario dedicarles un día, o al menos algunas horas.

Tener gustos personales

Una de las cosas más padres de tener un noviazgo es compartir tus gustos, ya sean musicales, literarios, de cine, tele, etcétera, con esa persona especial, pero no olvides siempre seguir cultivando los tuyos, aprender cosas nuevas. De esa manera las pláticas y momentos con tu pareja serán más interesantes. Otra cosa muy importante es siempre defender lo que te guste y no cambiarlo porque no sea del agrado de la otra persona.

Serle fiel a tus creencias

Y no me refiero a las religiosas, aunque por supuesto que también aplica, sino a cualquier filosofía de vida que te defina como ser humano y que te haga vivir felizmente. Recuerda sobre todo serte fiel a ti mismo.

Respetarte

Esta recomendación va un poco ligada a la anterior, pero se le agrega el: “No hagas nada que atente contra ti mismo o tus valores por alguien más”.

Seguir tus metas

Si tienes un sueño o una meta, compártelo con la persona que amas, que sepa lo que deseas, pero que su opinión al respecto no te haga abandonar tu objetivo. En todo caso sólo escucha sugerencias, más no negaciones.

Seguir tus hábitos

Si todos los domingos en la noche te hace feliz ver un capítulo de tu serie favorita, hablar horas por teléfono con tu mejor amiga o salir con tus primos, no dejes de hacerlo. Tu pareja debe entender que hay cosas que son tuyas nada más, experiencias que sólo tú debes vivir.

Como te habrás dado cuenta, todo gira alrededor de aspectos que te hacen ser quien eres, que te definen y, al final de cuentas, cosas que ya hacías y tenías antes de conocer a esa persona. Claro que en el amor muchas veces hay que gestionar, ceder, pedir, guiar y dejarse guiar, pero siempre respetando todo aquello que conforma la esencia del ser humano a quien decidiste amar.

Fuente: Cultura Colectiva