Un calambre o espasmo se produce cuando uno o más músculos se contraen de forma involuntaria sin posibilidad de relajarse al instante y provocando un dolor leve o intenso. Por lo general, se presentan en la zona posterior de la pierna o del muslo, pero también puede darse en los pies, los brazos y otros grupos musculares del cuerpo.
Quienes lo padecen pueden percibir una incómoda sensación de rigidez y tensión que desaparece de forma espontánea en cuestión de minutos.
No obstante, hay quienes quedan con una molestia que persiste por varias horas en el músculo afectado o sus alrededores.
A pesar de que se consideran como un problema benigno, muchos intentan aliviarlo porque puede interrumpir el horario de sueño o alguna actividad importante de la jornada.
Con este objetivo, es importante descubrir cuáles son sus posibles causas y qué medidas se pueden tomar para no recurrir a medicamentos.
En este espacio te queremos dar información detallada y algunas recomendaciones prácticas para actuar de inmediato.
¡Apunta!
Causas de los calambres musculares
Existen muchos factores que se han asociado con la aparición de los espasmos musculares. El sobresfuerzo físico, el embarazo y la edad son algunos de los responsables de su desarrollo.
Sin embargo, la mayoría de los casos se producen cuando algo interrumpe la oxigenación de los músculos o provoca una pérdida excesiva de fluidos, sales minerales y proteínas.
Una dieta pobre en magnesio y potasio también tiene mucho que ver en los constantes episodios de esta condición. Ambos minerales fortalecen y relajan los músculos, al tiempo que promueven la buena circulación.
Entre las causas menos habituales cabe destacar las enfermedades, sobre todo del sistema digestivo, y el envenenamiento.
Otra teoría sugiere que podrían tener su origen en la ineficiencia biomecánica, la cual también acarrea riesgos en la salud cardiocirculatoria.
¿Qué hacer para tratar los calambres musculares?
Aunque lo ideal es tomar medidas preventivas para no sufrir este molesto síntoma, existen algunas soluciones caseras que pueden tratarlos cuando no fue posible evitarlos.
Incrementa el consumo de agua
El consumo de agua es esencial tanto para prevenir como para tratar las molestias que aquejan los músculos. Esta contribuye a activar la circulación y mejora el transporte del oxígeno hacia las células.
Las bebidas isotónicas también son una buena opción para rehidratar, sobre todo cuando la actividad física o el calor han hecho perder demasiados fluidos.
Estas últimas son recomendadas para los deportistas, ya que ayudan a sobreponer los minerales que se pierden a través del sudor.
Utiliza almohadillas de calor y frío
Una almohadilla caliente ayuda a relajar el músculo cuando está rígido y tensionado durante el espasmo.
Por su parte, el frío será idóneo para activar la circulación en cuanto la molestia haya finalizado.
Haz ejercicios de estiramiento
Los ejercicios de estiramiento y flexión son una de las mejores terapias para combatir y prevenir los calambres en cualquier parte del cuerpo. Estos deben hacerse al finalizar la rutina deportiva y también durante la jornada de trabajo.
Los estiramientos de las extremidades activan el sistema nervioso central y hacen que envíe mayor número de señales inhibitorias para calmar la dolencia.
Afloja la ropa
En cuanto notes la primera señal de un calambre es importante que aflojes la ropa con el fin de dar más espacio a los músculos.
Las prendas ajustadas dificultan la circulación y evitan el rápido alivio de este problema.
Mejora la alimentación
Si los calambres se han convertido en parte de tu vida, quizá debas revisar la calidad nutricional de los alimentos que estás consumiendo.
Asegúrate de incorporar buenas cantidades de:
- Vitamina B12
- Ácido fólico
- Niacina
- Vitamina E
- Calcio
- Magnesio
- Potasio
- Hierro
Aplícate aceite de oliva
En cuanto sientas el dolor, toma un poco de aceite de oliva con las palmas de tus manos y hazte un suave masaje presionando con las yemas de los dedos.
Toma un baño de agua tibia
Cuando esta molestia interrumpe tus noches y disminuye tu calidad de sueño, lo mejor es tomar medidas antes de dormir.
Calienta un poco de agua y toma un baño para aumentar la circulación en las piernas y reducir la incidencia a padecerlos.
Para finalizar, ten en cuenta que si ninguna de estas recomendaciones te funciona y continúas teniendo continuos calambres, lo más apropiado es consultar al médico para determinar si se debe a problemas hormonales o del sistema circulatorio.
Fuente: Mejorconsalud