Las discusiones no son un mito! Hasta la pareja más idílica que te puedas imaginar discute alguna vez. No importa lo perfecta que parezca su relación… ¡En algún recoveco siempre queda espacio para alguna pelea! ¿A ti también te pasa? ¿Hay algo que te hace hervir la sangre y no puedes evitar discutir por ello?
¿Quieres saber cuáles son las discusiones de pareja más frecuentes y cómo puedes combatirlas? Ponte en situación y toma nota…
La suegra dominante
Lo de las suegras no es ningún mito, han logrado situarse a la cabeza en motivos de divorcio en los últimos años. Las hay que son verdaderos ángeles caídos del cielo, pero se pueden contar con los dedos de una mano. Por eso, si no te ha tocado la lotería con tu suegra ¡paciencia! No estás sol@.
Lo que suele causar más disputas es que a la mínima de cambio él/ella acuda a su mamá para contarle que han discutido, o que ella se presente cada dos por tres en tu casa y eche por tierra todo lo que haces ¿te suena? Lo mejor que pueden hacer es intentar separar vuestra relación de su madre, para que deje de interferir y no acabe poniéndolos a ambos en contra. Eso sí, tampoco hay que demonizar a las suegras, normalmente lo hacen con buena intención, sólo quieren lo mejor para sus hijos.
Trabajólic@
El trabajo es el epicentro de muchísimas discusiones, y más aún cuando se tiene la sensación de que él vive, únicamente, por y para su trabajo. ¡Alerta! Esto puede significar una cosa: él no se siente suficientemente valorado, y por eso, debe echar mano del trabajo, donde cree que tiene más poder. Hazle entender que eso no es así, y conseguirás que el trabajo deje de estar en la primera posición de sus pensamientos. ¡Así podréis empezar a disfrutar del tiempo en común sin pensar en nada externo!
Hace las cosas cuando quiere
“Arregla el ventilador”, “Cuélgame el cuadro” “¡Cambia la ampolleta del recibidor de una vez!”… y así sucesivamente. Y pueden pasar meses, pero hasta que él no se decida a hacerlo por su propio pie, no hay nada que hacer, y es que a la mayoría de hombres les encanta posponer sus obligaciones. Pero reflexiona, ¡quizás debes dejar de insistir! La estrategia del silencio puede ser una buena idea, sino, opta por el humor.
Los niños
Sí, efectivamente, los niños siguen siendo uno de los motivos de discusión entre las parejas. La educación, la disciplina, los horarios, las comidas, la ropa, el deporte,… y a medida que se van haciendo mayores los problemas también crecen.
Hay muchas cosas que acordar, y por eso, pueden surgir pequeñas rencillas. En este caso, la mejor táctica es unir vuestras fuerzas, hablar y negociar, para no caer en una batalla infinita, que no acabará hasta que los niños se marchen de casa. ¿No te parece una buena idea solucionarlo ya y evitar problemas de futuro?
Problemas en el trabajo
Sin duda, el trabajo afecta de lleno a vuestra vida en común, y no sólo a nivel de finanzas. Si son de esas parejas que se pasan el día hablando de faena ¡Error! Optar por crear una norma: En casa no se habla de trabajo.
Es lógico que cada uno se enfrente a lo largo del día a mil problemas, dimes y diretes en el trabajo. Pero, si al llegar a casa los dos tienen que contar todas vuestras preocupaciones al final el problema se acaba agrandando y no consiguen desconectar, y eso acaba generando aún más altercados, cuando en realidad los dos están del mismo lado. ¡Es como el pez que se muerde la cola!
Fuente: WH