Sentarse a hablar de sexo con los más pequeños de la casa es un momento angustioso para algunos padres que tienen dudas sobre cuál es la edad más adecuada, cuánto tienen que contar o que directamente preferirían evitar la situación. Sin embargo, encontrar el momento adecuado para informarles sobre la regla, el sexo, la sexualidad, de dónde vienen los bebés o para hablar sobre masturbación es increíblemente importante.
Aunque conviene ir respondiendo las preguntas de los hijos conforme vayan haciéndolas, normalmente las edades comprendidas entre los seis y los nueve años son las mejores para empezar a hablar sobre estos temas. Y, aunque la curiosidad variará en función de cada niño con preguntas que pueden ir desde las más concretas como «¿qué es el sexo oral?» a otras como «¿de dónde vienen los bebés?» o «¿qué es el sexo?», es en general en estas edades cuando hay que comenzar a hablar de ello.
«Esta es la ventana perfecta para hablar, porque los niños ya serán capaces de entender los conceptos, pero no son lo suficientemente mayores como para sentirse avergonzados», explica Michelle Moreau, una terapeuta especializada en niños y familia.
Además, los expertos recomiendan no evitar ninguna pregunta. Si en el momento en el que el niño la plantee no se sabe cómo responder, lo mejor es prometerle que se le explicará más tarde y volver cuando se haya pensado una forma de solventarla. Eso sí, no siempre hay que esperar a que sean los pequeños los que planteen las cuestiones. Si no se habla de ninguno de estos temas hasta que el pequeño pregunte, puede que muchos no lo hagan porque consideren que es un tema tabú que no puede discutirse en casa. Esto también implica que puede que terminen recibiendo la información de otras fuentes mucho menos fiables y controladas que su familia, como internet o un amigo que le cuente lo que ha descubierto y que puede ser correcto o no.