Generalmente, en la combustión espontánea se unen varios factores como el alcoholismo, la obesidad y/o poca movilidad de las víctimas y la avanzada edad. En los casi 300 años que han pasado desde el primer informe sobre una supuesta combustión espontánea, se han reportado más de 200 casos. En los primeros, prácticamente no existió investigación en torno al fenómeno y se etiquetaron así por no existir aparentemente otra explicación, pero los más recientes son realmente curiosos:
Mary Reeser -1951
Mary Reese murió en 1951 a los 61 años. Estaba en su casa, en St. Petersburg, Florida, cuando falleció. Su casera notó un olor extraño y comprobó que el pomo de la puerta estaba extremadamente caliente. LLamó a la policía que entraron en la casa y encontraron los restos incinerados de la mujer de la que tan solo quedaba intacta una pierna.
Los investigadores comprobaron extrañados que, aunque los restos del cuerpo tenían una temperatura increíblemente alta, lo único que se había quemado en la habitación era la mujer. Ante las evidencias encontradas y al no existir otra explicación se concluyó que era un caso de combustión espontánea. Los detractores de la teoría de la combustión espontánea dijeron que la mujer era fumadora y que quizá un cigarrillo prendió en la ropa de la mujer causando la incineración.
Henry Thomas – 1980
En 1980 falleció en el Sur de Gales un hombre de 73 años llamado Henry Thomas. Lo encontraron totalmente reducido a cenizas en el salón de su casa. Únicamente quedaron sin calcinar, la parte superior del cráneo, los pies y las piernas por debajo de la rodilla. Curiosamente, las extremidades inferiores tenían intactos los bajos del pantalón y los calcetines.
En este caso se concluyó que había muerto por el efecto mecha, causa de fallecimiento común en los casos de combustión espontánea, en los que la grasa de la víctima actúa igual que la cera de una vela.
Michael Faherty -2010
Michael Faherty tenía 76 años cuando murió, el 22 de diciembre de 2010, en su casa de Galway. Un vecino despertó alertado por su alarma de incendios y picó a la puerta de Faherty de donde salía el humo. Como no contestaba llamó a los bomberos que entraron en la casa y encontraron el cuerpo de Faherty calcinado, caído en el suelo en posición supina, con la cabeza próxima a la chimenea. El incendio parecía haber afectado únicamente al cuerpo de Michael y al suelo y techo próximos a él.
Investigadas las posibles causas y descartado el fallo cardíaco del hombre que era diabético y además hipertenso, el forense del caso llegó a la conclusión de que la única explicación posible era la combustión espontánea. Los detractores creen que no se investigó suficiente la existencia de una chimenea encendida próxima al cadáver.