Se acababa de separar, todavía le costaba mirar a cámara y su fino hilo de voz apenas se escuchaba en el micrófono. Corría el año 1992. Diana ya se había convertido en un lastre para la familia real británica. La suya era una imagen de pura fragilidad. Pero estaba decidida a hablar. Y sin tapujos contó sus secretos más íntimos al actor Peter Settelen, contratado para entrenarla en sus discursos públicos. Las conversaciones privadas habían permanecido en un cajón, pero ahora, tras un largo proceso judicial, sus palabras saldrán a la luz por primera vez en Reino Unido. Channel 4 emitirá este domingo un polémico documental calificado por los allegados de Lady Di como gran traición. «Diana: In Her Own Words» («Diana: en sus propias palabras») ha vuelto a poner en el ojo del huracán a la dama rubia de mirada triste convertida en mito. El documental recoge los vídeos grabados en el Palacio de Kensington por Settelen. Algunos fragmentos fueron emitidos en 2004 por la cadena estadounidense NBC y la BBC planificaba mostrarlas en 2007, sin embargo, a última hora el proyecto se descartó. En las cintas, una tímida princesa de Gales admite que el duque de Edimburgo le dijo a su hijo, Carlos de Inglaterra, que podría tener una «aventura» con Camilla Parker (su hoy esposa). «Mi suegro le dijo a mi marido: “Si tu matrimonio no funciona, siempre puedes volver a ella (en alusión a la duquesa de Cornualles) después de cinco años”», cuenta Diana, quien agrega que obtuvo la «confirmación» de que «algo estaba ocurriendo» al quinto año de su unión con el heredero al trono británico.
Revela también cómo pidió consejo a Isabel II, a quien acudió llorando. «Ella me dijo: “No sé qué deberías hacer. Carlos es imposible”», relata. En otro momento, la madre de los príncipes Guillermo y Enrique recuerda cómo el padre de sus hijos la cortejó durante una barbacoa celebrada en Sussex en 1979, cuando ella tenía 18 años. Sobre esos primeros momentos en la relación, rememora que el joven príncipe de Gales estuvo pendiente de ella «como un mal sarpullido». Confiesa que sólo tuvieron 13 citas antes de casarse y que, durante su tortuoso aniversario, las relaciones sexuales se reducían al mínimo imprescindible. La princesa habló años más tarde públicamente sobre este tema en la famosa entrevista realizada por el programa «Panorama» de la BBC donde el periodista Martin Bashir le preguntó si Parker-Bowles influyó en la ruptura de la relación: «Éramos tres en ese matrimonio, así que estaba un poco abarrotado», contestó ella. Por otra parte, alude a sus trastornos alimenticios. «Todos en la familia conocían el problema de la bulimia y echaban la culpa al fracaso del matrimonio», afirma. «Yo decía que había sido rechazada, no pensaba que era lo suficientemente buena para esta familia y lo pagué conmigo misma», admite.
La Policía Metropolitana de Londres se hizo con las cintas que forman parte del documental durante una redada en 2001 en la casa del ex mayordomo real, Paul Burrell. En aquel entonces, la Prensa informó que su contenido era tan sensible que la fiscalía aceptó no usarlas durante el juicio a Burrell. Sin embargo, las grabaciones fueron devueltas a Settelen en 2004 tras una disputa legal con el hermano de Diana, el conde Charles Spencer. El hecho de que ahora Channel 4 haya decido sacarlas a la luz ha puesto el grito en el cielo en el círculo más íntimo de la princesa. «Esto no pertenece al domino público», asegura Rosa Monckton, amiga de Diana, al diario «The Guardian». «Es una traición a su privacidad y la de su familia», afirma la que fue su confidente, agregando que las grabaciones probablemente hagan daño a sus hijos. Así mismo, la biógrafa real Penny Junor afirmó: «Es bastante obsceno y francamente inmoral que estén mostrando esto. Cuando Diana las grabó su matrimonio acababa de terminarse. Ella estaba muy mal».
En una entrevista con la BBC, Marcus Rutherford, el abogado del actor que grabó las cintas, reconoció que la idea original era que fueran documentos privados. Pero explicó que en el proceso judicial esa intimidad «se perdió», ya que fueron vistas por la Policía y la familia Spencer, entre otros. «No pienso que sea correcto decir que hoy, 20 años después de su muerte, sigan siendo privadas», afirmó. Según Rutherford, «está claro que cuando grabó estas cintas ella quería que el mundo supiera lo que estaba pasando». Por su parte, Ralph Lee, subdirector creativo de Channel 4, describió las filmaciones como «un documento histórico asombroso» que permite «crear un nuevo retrato de Diana».