¡Disney, deja de mentirnos!

La belleza está en el interior a no ser que seas chica y un espejo pueda decirte quién es la más guapa, que es algo fundamental para vivir, ¿verdad? Basta ya de mentiras, Disney, no nos creemos ni una más

¡Disney, deja de mentirnos!

Autor: CVN
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Hola, cada día me gusta más Úrsula, el personaje de ‘La sirenita’. Y eso que estoy en contra de todos los estereotipos y valores que difunde Disney, que son:

La belleza está en el interior a no ser que seas chica y un espejo pueda decirte quién es la más guapa, que es algo fundamental para vivir, ¿verdad? Porque un espejo es un objeto que no muestra el aspecto físico, sino los valores. Ajá. Puede que te odie tu familia y tengas que hacerte cargo de todas las tareas del hogar, pero si te casas con un hombre rico se solucionará. Porque los hombres son los que te salvan, te protegen o te proporcionan la vida ideal. Bastante tienes tú con ser guapa, dulce, delgada, servicial y cantar con voz angelical. Eso es lo que nos dice Disney.

Cantar era el talento de Ariel, talento al que renuncia por amor, como también renuncia a su familia. Ahí, a lo loco, sin saber si es correspondido o no. El sacrificio lo primero, faltaría más. Además, cambia drásticamente su cuerpo para conseguir al chico del que se ha enamorado. A Disney le parece que a lo hombres se les conquista con trampas —maquillaje, tacones, cuerpos de infarto, tetas grandes—, nunca siendo tú, eso jamás. Si acaso, que te tachen de frívola y superficial, porque recuerda: hagas lo que hagas la culpa es tuya por ser mujer.

Por supuesto, nunca falta la representación del mal asociado a la fealdad y a la gordura; ni la del príncipe valiente, aventurero y cachas con pelazo. Pero la canción ‘Pobres almas en desgracia’ se ríe de todos ellos.

«Pobres almas en desgracia
que sufren necesidad
esta quiere ser delgada
y este quiere una pareja.
¿Quién los ayudó? Yo lo hice
pobres almas en desgracia
tan tristes, tan solas.

Los hombres no te buscan si les hablas,
no creo que los quieras aburrir.
Allá arriba es preferido
que las damas no conversen,
a no ser que no te quieras divertir.
Verás que no logras nada conversando
a menos que los pienses ahuyentar.
Admirada tú serás si callada siempre estás,
sujeta bien tu lengua y triunfarás.

Qué sencillo fue, qué tonta es»

Incluso Disney lo tenía claro: el poder de una mujer reside en su voz, en expresar sus ideas, sus opiniones, sus decisiones. Puede que te equivoques, puede que no lleves razón siempre, pero eso no es algo por lo que te puedan hacer sentir mal. Al contrario, quien nunca se equivoca es porque nunca hace nada. Acabemos ya con esa creencia de que decir lo que sientes o lo que piensas no interesa. Desterremos el «calladita estás más guapa» y la asociación entre valor o fuerza con tener cojones. No, nena, tú no tienes un par de cojones, tienes opiniones que te diferencian de un felpudo o un florero.

Por Cristina A. / Gonzoo


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