La manzanilla de la muerte o árbol de la muerte es el árbol más letal que existe en el planeta. Habita en el Caribe, Las Bahamas y las Islas Galápagos.
Es un asesino tan fiero que ni si quiera puedes tocarlo: al contacto con la piel produce quemaduras químicas y si te tocas los ojos luego de tocarlo puedes quedar completamente ciego.
La mayor toxicidad reside en su fruto, su ingestión causa vómicos, convulsiones y se cierran las vías respiratorias.
Hay tribus caribeñas que ataban a sus prisioneros a estos árboles en momentos de lluvia, así la savia, altamente soluble, se esparcía por el cuerpo de los cautivos, causando ampollas, irritación severa en la piel y, más tarde, una dolorosa muerte.
Cada uno de estos árboles tiene letreros de peligro para que nadie se les acerque.
Solo ciertos tipos de reptiles son inmunes a su toxicidad y viven entre sus ramas como alimañas del diablo.