Un tramo de una calle romana del siglo II a.C, fue hallada debajo de un local de McDonald’s en la comuna romana de Marino, en Italia. Se trata de una calzada de 45 metros de largo y más de dos de ancho, pavimentadas y en perfecto estado de conservación, surgidas durante los trabajos de restauración de un edificio para abrir una franquicia de la marca estadounidense a las puertas de la capital italiana.
En la calle, donde también se descubrieron tres esqueletos de hombres, sepultados entre los siglos II y III d.C, se descubrieron canales para el drenaje de agua. Probablemente, según los expertos, haya sido algún “divertículo” de la Via Appia que llevaba a la mansión de algún noble en la zona de la antigua Bovillae.
Las labores iniciaron en 2014 y nada hacía pensar que tres años más tarde se presenciaría un hallazgo tan precioso. En trabajo conjunto con la Superintendencia Arqueológica para el Área Metropolitana de Roma, Viterbo y Etruria Meridional, nació entonces un verdadero museo subterráneo, con guía bilingüe para adultos y niños, abierta al público de modo gratuito y que funciona independientemente del restaurante. Sin embargo, los tesoros arqueológicos también pueden apreciarse desde las meses gracias a una estructura tipo “puente”.
El hallazgo sorprendió no tanto por su ubicación, a pocos metros de la Via Appia, desde su fundación en el año 312 a.C muy concurrida por carros, personas y mercaderías, sino por las perfectas condiciones del terreno, que mantuvo la calle cubierta durante más de dos mil años.
“Pensamos que se trató de un ‘divertículo’ que unía la ‘regina viarum’ (la Via Appia se consideraba la reina de las calzadas romanas, Ndr) con algún establecimiento o tal vez una propiedad importante, como la villa de algún noble rico o una casa imperial”, dijo la superintendente Alfonsina Russo. El canal para el drenaje de agua da cuenta que se trató de una calle secundaria, pero de uso público.
“Lamentablemente quedó solo este tramo, el resto fue destruido. Pero la prueba histórica es muy importante: la Via Appia, de hecho, además de los apasionados del Circo de Tiberio, fue transitada por personajes célebres, como Orazio, quien habla de su viaje desde Roma a Brindisi en la quinta sátira. Debemos imaginar que vio y recorrió estos territorios, así como más tarde, en el año 61 d.C, lo hizo San Pablo que llegaba desde el campo”, agregó Russo.
En una carta que data de 1853, el arqueólogo y arquitecto italiano Luigi Canina indicaba la existencia de una “vía de comunicación desde Appia a Castrimenio”, en las cercanías de la milla XI de la Via Appia, justo e la zona de la antigua Bovillae, indicó la arqueóloga Pamela Cerino, responsable de las excavaciones junto a Andrea De Angelis.
Pero ahora los trabajos dirigidos por la Superintendencia y financiados por McDonald’s Italia -por 300 millones de euros-, que también se hará cargo del mantenimiento del “museo”, dejan esa calle a la luz intacta, con las marcas de los carros que la recorrieron y sus muros de piedra. Justo en el canal lateral fue hallada la segunda “sorpresa”: la sepultura de tres esqueletos masculinos. “Se trata de tres hombres, el más anciano de unos 35 y 40 años”, explicó Cerino, que se unirán a los restos de un cuarto cuerpo hallado “a apenas 50 centímetros debajo del asfalto”, en una gasolinera que se encuentra al otro lado de la calle.
“Este hombre tenía en la boca un óbolo de Caronte, la moneda que los difuntos pagaban para acceder al reino de las montañas.
Este óbolo datan de los siglos II y III d.C, período en que la calle debe haber caído en desuso y los cuerpos se sepultaban aquí”, agregó. Por su parte, el administrador delegado de McDonald’s Italia, Mario Federico, comentó que ahora Roma dispone “del primer restaurante-museo”. El sitio fue inaugurado por él junto al alcalde de Marino, Carlo Colizza.
“Somos una comunidad y respetamos las reglas. Lo más simple tras el hallazgo era trabajar todos juntos. Por eso hoy podemos restituir un tramo de calle romana a Marino y a Italia”, concluyó Colizza.