Algunos de los momentos más sinceros e íntimos de quien fuera el hombre más temido de Europa en su época, Adolfo Hitler, se han puesto de manifiesto 90 años después. En ellas se ve al líder nazi durante sus fascinantes ensayos en privado, solo con su fotógrafo.
Después de su liberación de la prisión de Landsberg, en 1924, Hitler, entonces de 34 años, tenía hambre de tomar el poder en Alemania. Con este objetivo claro, se vio en la necesidad de pulir uno de sus más famosos talentos: hablar en público.
El Führer era un maestro de la retórica, capaz de atrapar las emociones de grandes multitudes de seguidores. Se dice que desarrolló este talento para incitar al odio enlos ambientes de las cervecerías alemanas.
Sin embargo, en un inicio, sus palabras no eran tan firmes como se podría pensar. Y Hitler supuestamente era muy consciente de ello.
Para superar esto, en 1925, le pidió a su fotógrafo personal Heinrich Hoffmann tomar fotos de él ensayando sus discursos en privado. El dictador estudiaba las fotos para asegurarse de que sus acciones y gestos eran tan fuertes como sus palabras.
Es de suponer que por vergüenza, Hitler ordenó las destrucción de las imágenes, pero Hoffmann, jugándose la vida, las mantendría inctactas.
Las fotografías aparecieron por primera vez en la década de 1950 en el libro de Hoffmann Hitler, y de nuevo en 2012, cuando el libro fue reeditado en Inglés. Pero han sido reeditado recientemente por la prensa alemana antes de ser propagado por todo el mundo.