Desde que nació, Rachel Hyche de 11 años no ha tenido la posibilidad de ver el mundo en el que vive. David, su papá, dice que desde que era muy pequeña se demostró muy confiada e independiente, pero cuando llegó su primera Pascua, se dio cuenta de que era un problema para su hija.
«Rachel cabalga, ve películas, maneja un carrito de golf, anda en patines, y hace lo que la mayoría de los niños de su edad hacen», pensó David – pero, ¿cómo disfrutaría de la búsqueda de huevos de Pascua, como otros niños hacen?
El problema no era los huevos en sí, que David le podía entregar a Rachel, sino el no poder buscarlos y la emoción que esto provoca en los niños pequeños. Cuando a David le pidieron organizar la búsqueda de huevitos de su iglesia en Alabama, quiso que su hija participara, así que ideó un plan.
Ya que Rachel no puede ver, pero sí puede oír, decidió hacer huevos de Pascua que sonaran. ¡Tal como lo lees! Usó sus conocimientos técnicos y puso hacer un huevo con sonido para su hija. Esto sorprendió también al resto de los niños y padres.
«Los profesores para ciegos también han usado los huevos en el año, para enseñar habilidades de localización. Me di cuenta de que mi hija tenía problemas encontrando algo que se le caía o perdía. Los huevos enseñan a los niños a buscar en tres dimensiones, no sólo en el piso», explicó David.
Así es como David ahora ha comenzado a probar suerte con huevos para niños que también son ciegos. El invento con el que quiso ayudar a su hija, finalmente ha terminado ayudando mucho más de lo que creía.