El apareamiento con los neandertales hace unos 500.000 años pudo haber propagado en el humano moderno un tipo de virus de la familia Papillomaviridae, además de dotarlo con genes que lo hacen más propenso a ser víctima de infecciones crónicas o tumores causados por estos virus, informa Noticias de la Ciencia y la Tecnología (NCYT).
Mi tío el neandertal: ¿Por qué los humanos se aparearon con otros homínidos? Esas son algunas de las conclusiones que un estudio realizado por el Instituto Catalán de Oncología, en España, en conjunto con el Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia (CNRS). La investigación encontró que una de las formas más agresivas de la variante VPH16 del virus del papiloma humano, responsable por la mayoría de tumores derivada de esta clase de virus, no tuvo su origen en la humanidad actual, sino que se originó en una época que coincide con el encuentro del humano moderno con los neandertales y los homínidos de Denísova. ¿Por qué la gente se negó a continuar con la poligamia? Pero además, es muy probable que como resultado del apareamiento de los neandertales nos hayan cedido diversos genes, entre ellos algunos relacionados con nuestras defensas y la formación del epitelio. Genes directamente relacionados con la proliferación del VPH16, virus que puede provocar el cáncer.
«El cáncer es muy antiguo —hay incluso fósiles de dinosaurios con tumores- y los virus que pueden causar algunos de ellos también. Por lo que parece, algunos de los más agresivos los hemos heredado por contacto sexual con humanos arcaicos», explica Ignacio Bravo, el investigador principal del trabajo.
La respuesta al VPH16 en diversas personas y entre diversas razas es diferente debido a que cada humano no africano lleva entre un 2% y un 6% de genoma neandertal. «Si los genes que nos legaron los neandertales son tan importantes para el virus como parece, quizás su mayor o menor presencia pueda estar condicionando su comportamiento», señaló Bravo, según recoge NCYT. Sin embargo, es necesario realizar investigaciones de mayor envergadura para sustentar las hipótesis presentadas por esta investigación. Por lo pronto, parece posible que el sexo primitivo sea una de las vías a través de las cuales hemos recibidos algunos de los virus más peligrosos que conocemos.
Vía sputnik