El sorprendente joven con síndrome de Down que triunfa en el fisicoculturismo

Participó de su primera competencia en The Body Sculpting Open.

El sorprendente joven con síndrome de Down que triunfa en el fisicoculturismo

Autor: Javiera Plaza

Jon Atkins, un joven de 19 años con que padece síndrome de down y tiene dificultades de aprendizaje, encontró su vocación y hoy triunfa en el mundo  del fìsicoculturismo pese a todo pronóstico. Desde su nacimiento y hasta los 5 años, debió someterse a terapia física para fortalecer sus músculos. A los 18, descubrió su pasión por el gimnasio.

El joven disfruta haciendo deporte, especialmente levantando pesas, de hecho participó de su primera competencia en The Body Sculpting Open y venció sus principales problemas que nada tiene que ver con la discapacidad que padece.

«Cada vez que mi marido entraba en su habitación para levantar pesas, Jon lo observaba, así que le compramos su propio set y él empezó a entrenar después de la escuela y antes de acostarse«, comentó Lisa Dudley, su madre. .

Lisa comentó que, como a todos los jóvenes, su cuerpo le provocaba dudas y algo de temores antes de entrar a la competencia.

«No estaba muy seguro sobre el tema de vestir un traje de baño», dijo su mamá en referencia a los pequeñas prendas que utilizan los competidores y también a la necesidad de, por ejemplo, depilarse las piernas.

Por otra parte, su segundo inconveniente era la extrema timidez: nadie creía que el joven podría exponer su físico delante de un jurado y un buen número de espectadores.

Pese a lo anterior, Jon logró superar sus miedos y comenzó a ejercitar con el entrenador personal Joe Hartfelder.

«A medida que avanzábamos, podía ver cuánto le gustaba a Jon (…) Sus habilidades de comunicación son un poco limitadas, pero si él me ve haciendo algo, no duda en imitarme«, dijo el entrenador.

Cuando se le preguntó si quería entrar en la competencia The Body Sculpting Open, que permite lanzar una carrera a nivel profesional, el joven no dudo y decidió hacerlo.

Su entrenador habló con los jurados para que le otorgaran ciertas concesiones para que no emitieran comentarios lapidarios si Jon se nublaba en el escenario y no podía realizar los ejercicios solicitados.

De forma sorprendente, Jon pasó con su número 32 fijado a su traje de baño, respiró hondo, se concentró y siguió cada una de las indicaciones que le solicitó el jurado.

Finalmente su performance encantó a todos los asistentes y lo hizo ganador del segundo lugar del certamen, junto con impulsar su carrera en esta disciplina.

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