“Para mí la carne humana no es diferente de la de vaca. Tiene el mismo sabor y la consistencia suculenta. No es más deliciosa que un bistec, pero tampoco es menos. La carne duraba tres o cuatro días. La comíamos en el almuerzo y en la cena, hasta que se acababa”, contó Negromonte al DailyMail durante la primera entrevista que concedió desde la cárcel.