Producto de una enfermedad genética Sophie Walker siempre fue castigada y sinónimos de burlas en los colegios a los que asistía. Hoy en día, después de muchas cirugías la pequeña luce muy distinta y ya no sufre bullying por parte de nadie.
Su historia inspira por lo mismo, por ser siempre víctima de abusos, insultos y malas caras cuando se topaba con gente poco inteligente y de mala educación. La neurofibromatosis que la ataca es una condición genética que ocasiona que tenga un tumor en el rostro.
Desde los cuatro que ella está entrando en el pabellón constantemente, aunque dice que ahora a sus dieciocho no se seguirá operando por un tiempo.
El lado romántico de la historia viene cuando se reencuentra con un compañero de adolescencia y comienzan ambos a tener una bonita historia de amor.