Ella sirvió a Tom Cruise en un crucero de Cientología, y fue una de las experiencias más terribles

La cientología es una doctrina que tiene mucho de secretismo, y prácticas que son bastante selectivas dentro de sus seguidores. Hoy, una mujer que debió trabajar durante años para un exclusivo crucero que tenían como tradición, contó su testimonio, poniendo en cuestionamiento a la iglesia que tiene famosos miembros, como Tom Cruise.

Una de las instancias más exclusivas es este crucero, Freewinds, donde se codean los más renombrados y millonarios miembros de la Cientología. Pero aquellos que abordan el barco deben cumplir con los requisitos, que es principalmente el acceso al poder. Dentro de elos, obviamente hay estrellas de Hollywood.

Lisa Marie Presley, John Travolta, Kristie Alley y el propio Tom Cruise son algunos de ellos. Claro, sin exceptuar al «gran líder», David Miscavige.

Y como en cada viaje, lo que sucede en esta experiencia muchas veces se deja bajo la alfombra. La mujer que dio el testimonio, Ramana Dienes-Browning, contó algunas de estas, muchas con el ex de Nicole Kidman como protagonista, quien fue encerrado ahí para su última instrucción en la doctrina.

Fue este mismo proceso de iluminación que costó el divorcio de Cruise con Katie Holmes. Y es que lo que parecía ser una eterna fiesta y culto en el crucero, para la tripulación era una gran pesadilla. Según Rama, ella vivió un real martirio con condiciones inhumanas para vivir, lo que comenzó a sus 16 años.

Cuando tenía 16 años, debió pagar el precio por no lograr satisfacer a su esposo – mucho mayor que ella – sexualmente. Así fue obligada a firmar con la compañía Sea Org, encargada el mantenimiento y limpieza del crucero. Así que cada vez que un famoso dejaba un espacio, ella debía ir a limpiar tras ellos.

Su papá era parte de la «religión», y no se dio cuenta de que al firmar la autorización estaba literalmente condenando a su hija adolescente, con un contrato que estipulaba sería por mil millones de años. 

Tras zarpar la primera vez, entendió en lo que la habían metido. Ramana intentó escapar una y otra vez, pero era muy difícil al estar navegando. Los pensamientos suicidas comenzaron a crecer, así que decidió usar el arte como escape.

Debía limpiar aguas residuales, atrocidades en cuartos de famosos, y luego la pusieron a reclutar gente en la calle, intentando incrementar las ganancias para el crucero.

De a poco logró alejarse y salir, liberándose de su llamada esclavitud. Su madre eligió continuar con la Cientología, que arruinó la mente de su hija, pero hoy vive más tranquila junto a su padre y su hija, alegre de haberse liberado de esa carga.