Una ciudadana rusa, reconocida como Julia G., fue encontrada después de haber estado prófuga dos veces, e incluso la habían dado por muerta hace 11 años.
Había escapado por primera vez hace 24 años de su casa, en una ciudad del centro de Rusia, Vologda. Entonces tenía apenas 13 años. Luego volvió a aparecer y nuevamente desapareció «del mapa» hace 11 años, cuando la dieron por muerta. Realmente estaba en una secta religiosa de la que escapó, dentro de la que tuvo 3 hijos.
La mujer escapó por segunda vez de su casa porque tenía problemas con sus padres. Fue entonces que se hizo parte del grupo religioso. Ahí estuvo durante casi dos décadas. 9 años después de su desaparición fue que el tribunal finalmente pensó que estaba muerta. Los policías no lo podían creer.
Fue el 27 de mayo cuando las autoridades encontraron a un niño durmiendo sólo en un banco de un parque, en la ciudad de Tula. Después llegó una mujer que dijo ser su madre con 2 hijos más. No tenía ningún documento que afirmara su identidad, por lo que debió ir a la comisaría.
Ahí dijo su fecha de nacimiento y se descubrió que había sido dada por muerta. Recién el 2015 la mujer escapó de la secta con sus hijos y no tenía identidad. La policía afirmó que: «Vagabundeaba, pedía limosna, pasaba las noches en las iglesias ortodoxas que le blindaban un asilo temporal».
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