Tener en la mano un dispositivo móvil es parte de nuestro día a día. En la actualidad no nos imaginamos la vida si no es conectado a nuestros Smartphone o nuestro computador portátil, por lo mismo en la actualidad podemos sentirnos esclavizados a estos aparatos tecnológicos o incluso un impulso casi obsesivo por estar revisándolos o navegando en Internet, por ello si te sientes demasiado dependiente de tu celular, deberías leer estos ideas para irte liberando de el.
- Deja de revisar el teléfono en el auto.
Obviamente no estamos hablando de verlo mientras conduces, pues eso ya debería ser algo que NO haces independientemente de si sigues estas reglas o no. Nos referimos a sacar el celular durante los altos, en la espera cuando hay mucho tráfico, o mientras alguien más va conduciendo.
Te darás cuenta que no hace mucha diferencia en cuanto a tiempo el ver o no el teléfono, evitas riesgos innecesarios y el tráfico o el trayecto se hacen mucho menos frustrantes si te dedicas a disfrutar de otro modo tu traslado (escucha música o un audiolibro).
- Deja de revisar el teléfono durante los comerciales de la televisión.
Todos odiamos los comerciales y a veces parece que las redes sociales son el perfecto invento para llenar esas interrupciones de un par de minutos.
Parece inofensivo, pero finalmente lo que haces es pasar de una pantalla a otra, sin un minuto para pensar. Si no te gustan los comerciales, levántate y da unos pasos o conversa con la persona que tienes a un lado. Porque lo más seguro es que algo más atrape tu atención en el teléfono y ni siquiera te des cuenta en el momento que acaban los comerciales y regresa tu programa.
Para poder implementar esta regla, hay que hacer la siguiente.
- Coloca tu celular fuera de tu alcance cuando no lo estés usando.
No necesitas tener tu teléfono a un lado si vas a ver la tv, o mientras comes, lees o estudias.
Si controlas Netflix desde tu celular, por ejemplo, escoge la película o serie y déjalo al otro lado de la habitación. Te darás cuenta rápidamente que puedes pasar un par de horas sin verlo sin mayor consecuencia.
- Apaga las notificaciones.
Esto ayuda para lograr mantener el teléfono a distancia. No hay sonido que te distraiga cuando alguien reaccione a tu estado en Facebook o Tweeter. No sabrás si llegó un correo electrónico o si hay un comentario nuevo en un grupo de WhatsApp.
Las notificaciones son dañinas. Son el medio en el que permitimos a nuestros teléfonos ser una constante interrupción en nuestras vidas. Mantenlas bajo control.
- Establece un tiempo límite para cada sesión de navegación.
Perderse en el internet a veces tiene valor pues nos permite conocer, aprender y conectarnos. Pero usar tu teléfono con intención significa que también usas tu tiempo de ese modo.
Delimita intervalos de 15 o 20 minutos y disfruta tu navegación. Se consciente y deja el teléfono de lado en cuanto el tiempo se acabe.
- Deja de revisar tu teléfono mientras esperas.
Seguramente has visto a la gente esperando en una fila: todos están con la mirada pegada en el celular.
No habría problema si es el único momento del día que tienes para revisar tu teléfono. Pero es otra cosa si éste es un hábito que no puedes controlar.
Al dejar intencionalmente tu celular guardado mientras esperas tu turno, estás mandando mensaje a tu cerebro que tienes el control, que eres capaz de invertir ese tiempo en pensamientos, oración, hacer listas de cosas que tienes que hacer, socializar – las opciones son infinitas.
- Nada de celular al inicio y al final del día.
Si lo primero que haces al despertar y lo último que haces antes de dormir es revisar tu teléfono, ¿qué lugar tiene tu celular en tu vida?
Organiza tu rutina para que no veas tu teléfono sino, por ejemplo, hasta después de desayunar. Y por las noches apágalo por lo menos una hora antes de que te vayas a dormir. De este modo, otras cosas tomarán importancia en el inicio y final del día no la tecnología.
- Aléjate de tu teléfono después de que publicas algo en redes sociales.
Después de publicar este artículo podría estar tentada a revisar cada cinco minutos si la gente lo leyó, le gustó o lo compartieron. Nos pasa a todos.
Para contrarrestar esta curiosidad simplemente hay que alejarse del teléfono (con las notificaciones apagadas) y dedicarse a otra cosa.
Es un esfuerzo consciente de evitar ser atraído y atrapado en un patrón que no es saludable. Cualquier comentario o “me gusta” estará ahí cuando vuelvas – no necesitas seguirlo en tiempo real.
- Rompe el ciclo de estar revisando constantemente.
Una de las tentaciones de tener el celular siempre a la mano es que cuando terminas de revisar todas tus redes sociales, mensajes, etc. vuelves a empezar. Si ya revisaste Facebook, Instagram y Twitter, cuando regreses a Facebook, muy poco o nada habrá cambiado y, sin embargo, por hábito lo seguirás viendo.
Por lo tanto, establece que solamente puedes revisar tus redes sociales una sola vez. Al terminar, cierra tu sesión y deja el teléfono para otro momento.
- Reconoce que es un proceso.
Como con cualquier cambio de hábito, habrá sus altas y sus bajas. Es un proceso y eso está bien. Pero con constancia, intención y yendo en la dirección correcta, empezarás a notar la diferencia.