Todo comenzó la noche invernal del 4 de febrero de 1974. Patty Campbell Hearts tenía 19 años y era estudiante de Historia del Arte en la Universidad de Berkeley, California. Descansaba en su departamento cuando el matrimonio Harris (William y Emily) tocó a su puerta con la excusa de hacer una llamada telefónica. Patty accedió a ayudarlos, y cuando menos se dio cuenta ya viajaba en la cajuela de un Chevrolet blanco amedrentada por la pareja de captores que la privó de la libertad durante 20 meses.
Así comenzó uno de los capítulos más polémicos en la historia periodística de Estados Unidos, porque aquella chica era ni más ni menos que la nieta de William Randolph Hearst, importante magnate editorial que inspiró el personaje protagonista de la película Ciudadano Kane, y sus captores eran revolucionarios del Ejército de Liberación Simbionés (ELS), un pequeño grupo de orientación ultraizquierdista surgido en California a finales de la década de los 60.
La prensa internacional se paralizó. Los encabezados de los diarios y los presentadores de los noticieros en televisión sólo hablaban del suceso. A los pocos días del rapto, los secuestradores establecieron una tregua: dejarían escapar a Patty si se liberaban también a dos militares encarcelados en la prisión de San Quintín, acusados por el asesinato de un inspector escolar en Oakland. Las autoridades se negaron y los captores aprovecharon el boom mediático para exigir entonces a la familia Hearst la donación de 400 millones de dólares para comprar comida a los pobres. Sin embargo, a pesar del cumplimiento de la condición, Patty siguió en cautiverio.
A partir de ese momento todo se vuelve extraño. Comienzan a presentarse en Patty los primeros indicios de uno de los síndromes más perversos que existen, el síndrome de Estocolmo, que sucede cuando la persona que ha sido secuestrada empieza a sentir empatía por sus captores, e identificarse con sus ideas. Pronto la “niña bien”, heredera multimillonaria, transformó sus ideales y ahora luchaba por las mismas causas que el ELS: la desaparición del sistema capitalista, la abolición del sistema penitenciario y la extinción de la propiedad privada. Incluso llegó a enamorarse de “Cujo”, uno de los dirigentes del ejército.
Pocos días después, los padres de Patty escucharon una grabación en la que su propia hija los llamaba cerdos, y les hacía saber que había decidido formar parte del ELS para “quedarse y pelear”. Además de renunciar a sus orígenes, la ahora guerrillera renunciaba a su nombre, pues pedía ser llamada Tania para así homenajear a Tamara Bunke, compañera sentimental y de guerrilla del Ché Guevara.
El 15 de abril la historia se volvió más dramática, digna de una escena de película de acción. El banco Hibernia de San Francisco fue asaltado por un grupo de ladrones que se llevaron 10 mil dólares y dejaron heridos a dos guardias. La sorpresa se dio cuando las cámaras de vigilancia reconocieron a una chica blandiendo un Carabina M1… Era Patty Hearst.
La millonaria revolucionaria se volvió enemigo público. Fue declarada por el FBI como criminal, fugitiva, peligrosa y armada hasta los dientes limpios con la mejor pasta dentífrica. No fue sino hasta el 17 de mayo que el FBI se enfrentó en un departamento con el ELS. De aquella batalla resultaron seis muertos, el enamorado de Patty entre ellos. Todo fue transmitido por televisión pero, para variar, la nieta del inventor del “periodismo amarillo” no estaba en el lugar.
Hearts fue detenida finalmente en septiembre, dejándonos la imagen de su saludo revolucionario con el puño cerrado, y aún declarándose guerrillera urbana ante la ley. Sin embargo, cuando el juicio comenzó, cuatro meses más tarde, cambió radicalmente su discurso y declaró que al principio había sido manipulada por sus captores, quienes la tenían encerrada en un armario, violentándola mental y sexualmente, y arraigándole sus ideas marxistas.
Sus abogados se valieron de eso para intentar salvarla, pero el juez nunca la creyó inocente porque sus actitudes siempre demostraron que todo lo hizo por voluntad, como el asalto al banco. Además de que después de ser entregada a la policía aún mandó una carta a sus compañeros guerrilleros, haciéndoles saber que estaba bien y que les mandaba todo su amor.
Todo el lío mediático y psicológico para Patty terminó con sólo dos años de cárcel, el presidente Jimmy Carter le conmutó la pena. Después se casó con su guardaespaldas, apareció en algunas películas y se dedicó a la caridad y a la crianza de perros.
Hoy Patty prefiere evitar hablar de Tania, prefiere evadir a quienes argumentan que sólo fue una niña rebelde que quería huir de los problemas de su caótica familia, aunque su historia sigue siendo un misterio que inspiró a artistas como Madonna y los Misfits.
Fuente: Cultura Colectiva
Hazte socio 👍
Con tu donación aportas a la sostenibilidad económica y existencia de este medio.
Elige cómo quieres aportar a la existencia y financiamiento colectivo de este medio!
Reveniu 
