Las pasadas votaciones por las presidenciales dejaron muchas anécdotas y momentos de todo tipo, desde sucesos hilarantes, a sucesos extraños como ese consolador que apareció en una caja sellada, o momentos tensos en que incluso tuvo que intervenir personal del ejército, como ocurrió luego de las reacciones de votantes ante la presencia del excandidato José Antonio Kast en una mesa del Estadio Nacional.
Uno de los momentos tensos que se vivió el domingo pasado y que también tuvo intervención de militares y gran cobertura mediática, fue el que se vivió durante el conteo de votos en una mesa ubicada en el Estadio Bicentenario de La Florida.
La tensa situación se produjo en la mesa 192, donde el presidente de la mesa, Diego Amthaue, fue increpado por adherentes de Alejandro Guillier, debido a la forma en que leía los votos. Acusaban que los votos a favor de Guillier los leía haciendo burlas, gesticulando y hablando con una voz impostada, de lo cual se desprendía su preferencia, algo que claramente molestó a los votantes, para quienes el joven se estaba comportando de manera poco seria en un contexto en que se exige el respeto e imparcialidad por parte de los encargados de cada mesa.
La indignación de la gente fue tal que muchos lo agredieron verbalmente y algunos intentaron incluso agredirlo físicamente. El hecho acaparó la atención de los medios de televisión y llegó a tal punto que personal del ejercito tuvo que intervenir haciendo una barrera de protección para que se pudiera proseguir con el conteo de votos. Lo que exigían los votantes era que este joven dejara de “cantar” los votos y lo hiciera una persona a la altura de la situación.
Amthaue explicó ante las cámaras que tenía un problema en sus cuerdas vocales y que esa era su forma de hablar, declarando que él movía las manos cuando se sentía nervioso y que esa era su forma de ser, que era imparcial y no pretendía burlarse de nadie. Algunos le creyeron y lo defendieron, pero muchos recordaban que para la primera vuelta electoral también hacía burla de los votos impostando la voz.
En una entrevista con 24 Horas el joven confesó la verdad y aseguró que realmente no tienen un problema en sus cuerdas vocales y que todo fue una actuación: “sólo me hice el payaso, quise dejar la embarrada, quiero pedir disculpas a toda la gente que se sintió mal”.
Según dijo se vio obligado a continuar actuando e impostando la voz por temor a ser detenido o a recibir agresiones. Cuando ya la gente estaba sulfurada, había llamado la atención de los medios, el ejército había tenido que intervenir e incluso se había paralizado el conteo de votos, no le quedó otra que asumir su personaje para salir ileso. Un humorista nato que eligió mal su escenario. Aunque quién sabe, quizás ahora despega su carrera en el humor.
Fuente: Bio Bio