Un niño de 8 años de Dallas soportó más de 300 visitas innecesarias al médico, pasó por más de una docena de cirugías sin sentido y sufrió complicaciones luego de varios tratamientos, hasta que la policía y funcionarios de protección infantil frenaron a su madre, quién simuló que su hijo tenía múltiples enfermedades desde que era un recién nacido.
Kaylene Bowen-Wright está acusada de lesionar al niño y fue encarcelada con una fianza de US$ 150,000. El niño y sus dos hermanos fueron sacados del hogar por funcionarios de bienestar infantil.
Una investigación realizada por Child Protective Services (CPS) encontró que Bowen-Wright llevó a su hijo, Christopher, a hospitales en Dallas y Houston con una variedad de quejas, lo que resultó en 323 citas médicas y 13 cirugías «importantes». Ha estado en un tubo de alimentación, confinado a una silla de ruedas, desarrolló una infección sanguínea que lo llevó a la unidad de cuidados intensivos y pasó un tiempo en cuidados paliativos.
El informe de la agencia indicaba que probablemente se trataba de un caso de síndrome de Munchausen, donde un cuidador simula o crea los síntomas de un niño para recibir atención, simpatía u otros beneficios. Una investigación de CPS también descubrió que Bowen-Wright le cortó el cabello a su hijo y publicó una foto suya con una camiseta de Make-A-Wish que afirmaba tener cáncer, en un esfuerzo por recaudar dinero. La policía informó que el abuso médico comenzó cuando el niño tenía solo 11 días en 2009 y continuó hasta que tenía 8 años.
En última instancia, los médicos del Texas Children’s Hospital descubrieron que el informe de Bowen-Wright sobre los problemas médicos de su hijo no coincidía con su apariencia clínica o los resultados de las pruebas. Cinco especialistas allí escribieron que el abuso médico infantil puede ocurrir cuando un cuidador «fabrica o exagera una enfermedad en el niño a proveedores médicos», y el niño puede verse perjudicado por pruebas médicas innecesarias y tratamiento proporcionado en base a información falsa del cuidador. «En pediatría, los médicos dependen de los informes de los padres sobre los síntomas y toman decisiones basadas en la información provista por los padres del niño», dijeron.
La evaluación médica informa que Bowen-Wright había proporcionado información diferente a diferentes proveedores, reportando problemas que los doctores no habían presenciado y negándose a cumplir con las recomendaciones. El «uso excesivo del sistema médico» de Bowen-Wright dio lugar a numerosos procedimientos que incluían líneas centrales, puertos y tubos de alimentación que daban lugar a complicaciones posteriores, como infecciones y coágulos. Durante un viaje al Dallas Children’s Medical Center en noviembre, un médico comenzó a sospechar que Bowen-Wright podría estar tratando de inducir a su hijo a tener convulsiones.
Cuando arrestaron a la mujer y sacaron al niño de la casa, él estaba con oxígeno y tenía una vía intravenosa. Christopher fue ingresado en un hospital donde pudo comer normalmente y funcionar sin oxígeno o un tubo de alimentación. No muestra signos de convulsiones, asfixia o fatiga. «En cambio, [el niño] se levantó y jugó la mayor parte del tiempo en el hospital», dijeron.
Fue puesto en libertad bajo el cuidado de un hogar de crianza y no ha tenido problemas médicos desde entonces.
Un caso realmente insólito y espantoso. Por suerte Christopher pudo ser rescatado de su madre.
Fuente: CBS