La pieza central sería una torre de observación serpenteante, de unos 45 metros de altura. La construcción tendría forma similar a un reloj de arena y se alzaría en un tupido bosque protegido que se encuentra a una hora al sur de Copenhague, en Glissefeld Kloster, Haslev. Consistiría en una rampa interna de unos 600 metros, que llevaría a los visitantes desde el suelo del bosque hasta la cima de los árboles, culminando con una vista de 360º  del paisaje lleno de colinas tan característico de la región.

Las estructuras que conformarán la ruta hacia la torre se han dividido en 2 secciones: la pasarela superior se extenderá por la zona donde están los árboles más antiguos del bosque, y la inferior pasará por áreas de árboles más jóvenes.

Se prevee que este proyecto único esté terminado en 2018.

Vía Bored Panda