Fue el sábado 27 de febrero del año 2010 cuando el terremoto más fuerte de nuestra historia remeció gran parte del país. Nadie podía saberlo, menos aquellos que por esos días estaban hipnotizados con el Festival de Viña del Mar. El viernes en la noche se presentaba Ricardo Arjona, el artista guatemalteco que tiene miles de seguidoras en nuestro país.
Dada su popularidad, se esperaba que el show fuera de largo aliento, al menos hasta las tres de la mañana. Y de hecho, fue una exigencia del cantante sobre la duración de su presentación la que pudo salvar varias vidas, o más de algún accidente.
Resulta que ya conociendo a su público chileno, Arjona había negociado su show. En un comienzo, por lo mismo, insistió en que le permitieran tener un horario más extendido, y no pensaba cambiar esa posición. Pero después de varias conversaciones con la organización del Festival, tuvo que ceder.
En el caso de encontrarse el público en la Quinta Vergara, más allá del espacio, la histeria de la gente y las condiciones podrían haber desatado varios accidentes. La infraestructura no falló, pero era un panorama peligroso. Cuando finalmente Arjona no tuvo más remedio que acordar cerrar antes la presentación, fue clave para aquellas personas que en ese momento ya estaban de vuelta a sus casas.
Este curioso detalle fue revelado en Mucho Gusto por Soledad Onetto, quien en ese año animó el Festival y decidió recordar la experiencia, relatando la anécdota – que para muchos, pudo haber sido crucial.
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