Muchos aman a los animales. Hoy en día expresar el cariño y empatía que se siente por ellos es casi una moda, además de una realidad. Pero para Thom Thwaites, no todo se trata de amor: él se acercó a una especie para poder llevar a cabo una investigación, incluso imitando su estilo de vida.
Tal como lo lees, este hombre oriundo de Londres, Inglaterra, se «puso en la piel» de las cabras (la especie a investigar) para conocer sus hábitos. No sólo dejó la ciudad y sus comodidades para ir a vivir junto a una comunidad de ellas, sino que comía, bebía, y caminaba como cabra.
El hombre solicitó una beca en la universidad donde trabajaba, para poder explorar la psicología de las cabras. Literalmente se convirtió en una más, ya que construyó una prótesis para parecer una de ellas.
Ya con su «traje de cabra», que se aplicaba en la cabeza, brazos y pies, Thomas fue a vivir con un grupo de estos animales a Wolfenschiessen, en los Alpes suizos. Convenció a un pastor para que le siguiera el juego, y hasta construyó un estómago artificial, para no mezclar la hierba que pastaba con la comida «de humano».
Fue de a poco que él se mezcló con las cabras y estas lo integraran. Tomó tiempo, pero incluso después pudo cortejar a una de las hembras.
De todos modos, Thomas comenta que tratar de ser una cabra de montaña «Es realmente duro. Viví constantemente en pendiente, comía hierba y las prótesis me dolían mucho cada día».
A veces las cabras lo atacaron, lo más peligroso era que usaran sus cuernos. Pero de a poco aceptaron al hombre y él notó que era un acto para demostrar jerarquía. Finalmente, toda su experiencia fue relatada en un libro y en las imágenes que lo acompañan.
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