Un hombre fue encarcelado tras matar a golpes a un amigo que quería saber cómo se sentía ser noqueado. Patrick Ryan fue condenado por la muerte de Phillip Evans, a quien mató con un sólo golpe en la cabeza, con el que cayó al suelo.
Según los relatos, el amigo de Ryan lo habría incitado para que le pegara lo más fuerte posible, mientras estaban juntos bebiendo. Pero tras el episodio, no lo pudieron revivir.
Evans tenía 42 años, y lo que pensó que sería una nueva experiencia acabó con su vida y con la de su amigo, quien se declaró culpable ante la corte.
Según el juez del caso, James Burbidge, el fallecido ya le había pedido a otros amigos que le golpearan, pero fue sólo Ryan el que cedió ante sus «deseos». Y justo, fue su golpe el de la mala suerte. El golpe le dio en el mentón, e hizo que cayera al suelo, colapsando la cabeza.
Todo tenía que ser sólo un juego, pero terminó muy mal, como declararon en Metro: «Perdió su vida trágicamente y su vecino y amigo ahora debe cumplir su condena por la muerte y tendrá que vivir con las consecuencias de un juego brutal por el resto de su vida».