Este hombre tiene VIH y es contratado para tener sexo con menores de edad

Eric Aniva es un hombre que tiene un trabajo que puede parecernos inmoral, extraño, y hasta terrible

Este hombre tiene VIH y es contratado para tener sexo con menores de edad

Autor: Vale Rudolphy

Eric Aniva es un hombre que tiene un trabajo que puede parecernos inmoral, extraño, y hasta terrible. Pero él está orgulloso de ello y ha dado a conocer su curiosa historia.

Oriundo de Nsanje, un distrito en el sur de Malawi, el hombre cuarenta-y-tantos se gana la vida teniendo sexo con menores de edad. Sí, tal como lo lees. Y lo más impresionante – por decirlo de alguna manera – es que ha declarado abiertamente que es portador de VIH.

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Aniva es un trabajador del comercio sexual. En su localidad, el trabajo que el hace se denomina «hiena», y dice que es parte de las tradiciones de su aldea. En esta, cuando las niñas llegan a cierta edad se les «limpia» a través del ritual que consta en tener relaciones con un «hiena», a veces como castigo por abortos, u otras «ofensas».

Fue contactado por la BBC para contar su historia, en donde comentó que su mayor labor es participar del proceso de «madurez» de las mujeres, en las que se debe tener sexo durante tres días antes de su primera menstruación.

«La mayoría de las chicas con las que me he acostado aún van a la escuela. Algunas tienen entre 12 o 13 años, pero las prefiero más grandes. Todas ellas encuentran placer al tenerme como su ‘hiena'».

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Aniva declaró que las niñas «Están orgullosas de esto y les cuentan a otros que yo soy un hombre real, que sé como satisfacer a una mujer». Pero en Malaui el trabajo de las hienas tiene graves consecuencias, como es la transmisión del VIH. En el país, 1 de cada 10 personas portan el virus.

A pesar de ello, este hombre continúa con su trabajo, por el que le pagan entre $2.000 a $5.000 pesos chilenos por el ritual. Usualmente, esto está asociado a las decisiones de los aldeanos más viejos, quienes son los organizadores de la «limpieza». Esto se hace para «evitar infecciones con sus padres o el resto de la comunidad».

 

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Por otra parte, el Gobierno no apoya esta tradición, pero no efectúan acciones en contra ello. El secretario del Ministerio de Género y Bienestar, Dr. May Shaba, comentó que no pueden condenar a quienes practican este ritual, pero esperan otorgarles la información necesaria para que hagan cambios en esto.

Es parte de su cultura, lo que ellos justifican con que «no tiene nada de malo». Según una de las aldeanas, «Si miras a la sociedad actual, puedes ver que las chicas no son responsables, así que debemos entrenarlas de una buena manera en la aldea, para que no vayan por un mal camino, y sean buenas esposas, para que los esposos estén satisfechos y nada malo pase a sus familias».

 

¿Qué te parece esta extraña tradición?


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