El libro Fifty Shades of Grey de la escritora británica, Erika Leonard James, se ha vuelto viral en poco tiempo. La publicación del libro se realizó en mayo de 2011 y no tardó ni cinco años para llegar a la pantalla grande, a cargo de la directora, también británica, Sam Taylor Johnson.
La película se estrenó el 11 de febrero de 2015 en el Festival de Cine de Berlín. Lleva poco tiempo en las salas y ya es considerado como el filme de clasificación “C” que más ha recaudado dinero, logrando más de 200 millones de dólares alrededor del mundo.
Sin embargo, todo este éxito no quita que sea considerada, por lo menos en nuestro país, como el libro y/o película para las señoras de más de 40 que necesitan sexo en sus vidas. Y tal vez de esta necesidad se derive su éxito.
El sexo lleva tiempo siendo un tema del que poco se habla y mucho se juzga, sin que esto signifique que esté fuera de la vida o mínimo del deseo de muchos, o de una gran mayoría. Que se haya escrito una novela que lo exponga de manera tan explícita, hace que las máscaras se quiten y la vergüenza se esconda en un manto culto bajo el extraño fenómeno por el cual “leer” siempre será bien juzgado.
Según El Economista no sólo aumentaron las ventas de libros y las entradas al cine, sino que también se incrementó la compra de corbatas de seda en un 133% y de lencería en más de un 200% en México. Claras pruebas del éxito de la trilogía de Cincuenta Sombras de Grey.
A pesar de la euforia, de las salas llenas y los boletos y ejemplares agotados, las críticas hacia la historia son muchas. Principalmente por utilizar el sexo como mercancía y no porque no se haya hecho antes, porque es verdad que “el sexo vende”, sino por la poca calidad de éste en las escenas. Por lo cobarde que es tomar una novela para poder hablar abiertamente sobre sexo.
Lo anterior ocasionó la molestia de cinco estrellas porno, las cuales decidieron hacer un video para explicar las razones de su enojo.