El Papa Francisco, nacido Jorge Mario Bergoglio, falleció este lunes a los 88 años en su residencia de la Casa Santa Marta, en el Vaticano. El líder de la Iglesia católica padecía una pulmonía bilateral con infección polimicrobiana, una condición que se agravó desde su internación en febrero pasado en el Hospital Policlínico Agostino Gemelli, tras un episodio de bronquitis.
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La salud del pontífice había sido motivo de preocupación en los últimos años. Con movilidad reducida, dolencias crónicas y un accidente doméstico reciente, Francisco continuó sin embargo su labor pastoral con energía hasta sus últimos días. Su muerte marca el fin de un papado que pasará a la historia por su compromiso con los más humildes, su visión reformista y su cercanía con los fieles.
Un papa que “hizo lío”
Desde su elección el 13 de marzo de 2013, Francisco rompió moldes. Primer papa latinoamericano y jesuita, eligió el nombre de San Francisco de Asís y pidió una Iglesia “pobre para los pobres”. Su carisma se expresó desde su primer viaje internacional, en la Jornada Mundial de la Juventud en Brasil, donde lanzó su célebre llamado a los jóvenes: «¡Hagan lío!»
Apasionado del fútbol y fanático del club San Lorenzo de Almagro, el papa Francisco combinó su sensibilidad popular con una firme postura frente a los problemas estructurales de la Iglesia y del mundo.
Reformas y legado
Durante su pontificado, Francisco visitó más de 50 países, llevando mensajes de paz, justicia social y respeto a los derechos humanos. Se convirtió en una de las voces globales más críticas del sistema capitalista y del poder concentrado, así como un firme denunciante de los abusos dentro del clero.
Endureció las medidas contra la pederastia en la Iglesia, reformó el Código de Derecho Canónico para incluir a las mujeres en roles de mayor responsabilidad y se expresó a favor de las uniones civiles entre personas del mismo sexo, generando debates profundos dentro del Vaticano.
Aunque algunas de sus posturas no siempre se tradujeron en políticas institucionales definitivas, marcó un antes y un después en la historia de la Iglesia católica moderna.
De Buenos Aires al Vaticano
Bergoglio nació el 17 de diciembre de 1936 en el barrio de Flores, en Buenos Aires, en una familia de clase trabajadora. Técnico químico de formación, ingresó a la Compañía de Jesús a los 22 años. Fue ordenado sacerdote en 1969 y, tras un largo recorrido pastoral, fue designado arzobispo de Buenos Aires en 1998. Desde ese rol, tuvo una fuerte presencia en la vida pública argentina.
Su relación con el poder político fue tensa, especialmente con los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández. Las diferencias se acentuaron con el debate por el matrimonio igualitario, aunque años más tarde el vínculo con la expresidenta se transformó, llegando incluso a un trato cordial durante su papado.
Un pontífice que desafió estructuras
Francisco será recordado como el papa que se atrevió a confrontar las estructuras rígidas del Vaticano, impulsando una Iglesia más abierta, comprometida con los más necesitados y sensible a los cambios sociales de la época.
Su muerte deja un profundo vacío en la comunidad católica mundial, pero también un legado que trasciende lo religioso: el de un líder que no temió levantar la voz por la justicia, ni caminar al lado de los olvidados.
Foto: X
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