Un festival de música organizado en las Bahamas que prometía la mejor música y el lujo y confort de un evento de élite, se convirtió en un «completo desastre». La falta de comida y las inesperadas condiciones de alojamiento sorprendieron a sus visitantes, algunos de los cuales llegaron a pagar entre 4.000 y 12.000 dólares por una entrada, informó ‘The Independent’.
El Fyre Festival, planeado para comenzar el viernes 28 de abril y organizado por el rapero Ja Rule, fue anunciado por los medios como una fiesta glamurosa que contaría con la presencia de bandas como Blink 182 y Disclosure. Respaldado por supermodelos como Kendall Jenner y Emily Ratajkowski, garantizaba un «momento cultural creado a partir de una mezcla de música, arte y comida».
El espectáculo aseguraba traslados ida y vuelta en vuelos VIP y «modernas, amigables y ecológicas cápsulas» para vivir en una isla privada durante dos fines de semana. Sin embargo, se presentaron retrasos en los vuelos, hubo confusión al entregar el equipaje y los alojamientos resultaron ser unas «desastrosas» carpas a medio construir, similares a las utilizadas en los campamentos de socorro.
De acuerdo con los testigos, la situación con rapidez se volvió caótica: se presentaron robos y quejas sobre la calidad y escasez de la comida y la organización general, que desencadenaron una ola de críticas en las redes sociales.
En medio de la decepción, Blink 182, anunció la cancelación de su presentación y la organización del festival ofreció disculpas por el «caos», mientras los asistentes firmaron una queja pública y exigen el reembolso del dinero. Incluso, algunos terminaron atrapados en el aeropuerto sin poder regresar a sus hogares porque varios aviones suspendieron sus vuelos.