La gran fotógrafa mexicana Lola Álvarez Bravo documentó la vida campesina y cotidiana de México y además dejó un legado hermoso sobre otra mujer artista célebre de México: su amiga Frida Kahlo. Las imágenes retratan a Frida en sus momentos de más debilidad física producto de una enfermedad que la aquejó desde joven a raíz de un accidente de tránsito: fibromialgia, enfermedad en la que se experimenta un intenso dolor muscular acompañado de periodos de fatiga.
A causa de ello, la pintora tuvo que someterse a decenas de operaciones, usar corsés y otros aditamentos para aliviar los dolores constantes que la atormentaban en la espalda y otras zonas de su cuerpo. Este dolor físico y espiritual es el que se ve reflejado en la mayoría de su obra: autorretratos donde son palpables los tormentos que la pintora experimentaba en cuerpo y alma.
Sin embargo, no sólo las pinturas de Kahlo son el único registro de su vida: las fotografías que Lola Álvarez Bravo sacó sobre ella son una exquisita colección para la historia y una crónica desde la intimidad donde Frida luce al natural en su hogar, en compañía de sus perros, gozando de las bondades de la vida en medio de su dolor.
Fuente: Cultura colectiva