La adolescente acusada de fracturarle los dos brazos a su hija de apenas 3 años mientras estaba internada, la cual fue víctima de abusos sexuales y contagiada de una enfermedad venérea, continuará privada de su libertad porque la Justicia le dictó la prisión preventiva en su contra.
Las partes se dieron cita en el Palacio de Tribunales para abrir una audiencia en la que la jueza de Género, Dra. Norma Morán, dictó su resolución sobre el futuro inmediato de la joven sospechosa, sobre la cual pesaba la imputación de «lesiones graves calificadas por el vínculo» en perjuicio de la pequeña.
El caso se originó a mediados de abril, cuando Paula Ludbiel Rodríguez (17) trasladó a su hija de 3 años hasta el hospital zonal de Suncho Corral por lesiones en su zona genital. Allí los médicos advirtieron signos de abuso, por lo que se dio intervención a la Policía y éstos a sus vez a la Unidad Fiscal de Capital.
El caso recayó en el fiscal Aída Farrán Serlé, quien dispuso las primeras medidas de la investigación.
El Cuerpo Médico Forense examinó a la criatura, confirmó lesiones compatibles con abusos en su zona vaginal y anal, y además estableció que la pequeña había sido contagiada de sífilis.
Ante la gravedad del cuadro, la niña fue trasladada de urgencia al Cepsi, donde comenzó a ser tratada clínica y psicológicamente.
Según indicaron los representantes del Ministerio Público Fiscal en audiencias anteriores, y lo reiteró la magistrada en su resolución, ante la evolución de la víctima se dispuso que su madre -libre hasta ese momento- volviera a estar junto a ella, por lo que se dispuso una habitación para ambas en el centro de salud.
Irracional
El 1 de junio los llantos de la criatura obligaron a los médicos a practicarle nuevos estudios. La radiografía develó que presentaba triple fractura en uno de sus brazos; 24 horas después se conoció que también tenía quebraduras en su otra extremidad superior.
Interrogada, Rodríguez primero dijo que su hija se golpeó al caer en la bañera, pero luego dijo que lo hizo al caer de la cama.
Al conocerse los hechos y las contradicciones, la Fiscalía solicitó la aprehensión de la joven, que por su edad fue tratada bajo el régimen de la minoridad.
Cumplidos los plazos, el equipo fiscal solicitó la prisión preventiva para la madre de la niña ante los numerosos indicios que sindican a la adolescente como la autora de las fracturas, remarcando también que no colaboró hasta el momento en la investigación para establecer quién abusó sexualmente de la pequeña.
La defensa de la acusada no se opuso al pedido de la Fiscalía, pero sí requirió que se profundice la investigación sobre las vejaciones, que su pupila continúe bajo el régimen de la minoridad y que se establezca el lugar donde iba a continuar con los tratamientos psicológicos y psiquiátricos dispuestos.
La Dra. Morán resolvió en consecuencia hacer lugar al requerimiento de los representantes del Ministerio Público Fiscal y el Ministerio Pupilar, dictando la prisión preventiva para Rodríguez, argumentando que existían riesgos procesales de entorpecimiento de la investigación. Se conoció que un adelanto del examen psiquiátrico estableció que comprende la criminalidad de sus actos.