Matías Vega dejó atrás su ausencia de cuatro años en pantalla, y hace más de una semana se sumó como notero al matinal “Bienvenidos”, de Canal 13.
Durante los primeros días de su pega, el ex conductor de “El Club de los Tigritos” y también ex locutor de Radio Carolina, había pasado piola.
Matías se encontraba con una barba crecida, pero pasaron dos días para que apareciese afeitado para corroborar que efectivamente era él.
“Me la corte, porque para cultivar la barba hay que ir cada cada tres días a la barbería y es mucha inversión jajajá”, comentó jocosamente el pecoso a La Cuarta.
El muchacho, que comenzó su carrera en televisión a los cuatro años, señaló que su coqueteo con “Bienvenidos” comenzó hace un par de años, cuando desde el programa conducido por Martín Cárcamo y Tonka Tomicic, lo llamaban para pitutear ocasionalmente.
“Hice de jurado, de entrevistador, incluso fui a poner música para animar las mañanas con ‘La Fábrica del Sonido’. Es un proyecto junto a Dj Emilio con quien trabajaba en Radio Carolina. Él ponía la música y yo era el maestro de ceremonias. Era mi PYME”, recalcó orgulloso.
Matías sabe que hubo un tiempo en que estuvo bien complicado y fue víctima del prejuicio público cuando en febrero del 2013 fue detenido y formalizado por microtráfico cuando lo pillaron con 30 gramos de marihuana, lo que lo llevó a ser desvinculado de Radio Carolina.
“Bueno, aún me gritan: ‘sácate uno’ jajajá pero me lo tomo con humor. Al final, el tiempo me dio la razón y se comprobó que era por consumo personal. Eso sí, lo pasé bien mal y mi familia también. Fue un duro proceso, me sentí como un mártir. Yo amo la radio y espero volver algún día”, recordó Vega.
El rucio reveló que estaba perdiendo la paciencia y no entendía por qué no podía volver a trabajar nuevamente en un medio. Es más, pensó renovarse y entrar a estudiar otra cosa, para así comenzar de cero. “Yo estudié Comunicación Audiovisual y Fotógrafia, nunca paré de hacer algo vinculado a eso”, explicó.
Matías Vega y su inesperada vuelta
“Comencé a perder las esperanzas y fue muy duro emocionalmente. La experiencia me hizo madurar y entender muchas cosas”.
Un día pasó por una iglesia, entró y se pegó un rezo con un pensamiento dedicado a su fallecido padre. Al otro día, fue llamado para integrarse de forma estable al matinal del 13.
“Necesitaba una señal que me dijese si me tenía que dedicar a otra cosa nada más y fue todo lo contrario. El equipo ha sido un siete conmigo y les agradezco profundamente su recepción”, concluyó el joven de ahora 32 vividas primaveras.