Fanático de la Universidad de Chile y con un gusto siempre marcado por la música, incluso realizando giras con un grupo folclórico llamado «Amaru». Ese era Ramón Castillo Gaete o «Antares de la Luz», como fue conocido el líder de «La Secta Colliguay», que en noviembre del 2012 quemó viva a una guagua de tres días de vida, acusándola de ser «el anticristo» y siendo el primer sacrificio humano, del cual se tiene registro en Chile.
¿CÓMO PASÓ DE SER RAMÓN CASTILLO A «ANTARES DE LA LUZ»?
Para la psicóloga forense Margarita Rojo, «es probable que haya tenido varios episodios y que no fueron detectados, capaz su conducta psicopática estaba en proceso de formación».
Y el momento en que se puede expresar esto, sería cuando Ramón participó de el servicio militar, y luego cuando integró al grupo andino «Amaru», donde tocaba clarinete y charango. Ahí fue cuando la personalidad de Ramón cambió, incluso llegando tarde a los ensayos y llevándose mal con algunos compañeros, a quienes cansaba con tanta conexión con la naturaleza y seres de la luz.
Gustavo Gaete, tío de «Antares», relató: «Una vez me dijo: no me puedes decir ahora Ramón, ahora me tienes que decir Antares y después me dijo que no lo podía tocar».
En 2007 viajó a China y algunos dicen que ahí fue cuando se acercó cada vez más a lo espiritual, incluso asistiendo a seminarios y ayunando muchos días.
RECLUTANDO SEGUIDORES
«Antares» comenzó a reunirse habitualmente con Natalia Guerra, diseñadora gráfica; María Álvarez, actriz; Karla Franchy, auxiliar de vuelo; David Pastén, publicista; Pablo Undurraga, realizador audiovisual, y Carolina Vargas, ejecutiva bancaria. A algunos, Antares los conocía de sus años de estudiante de Música en el ex Pedagógico. A otros, por las asesorías de «sanidad interior» que ofrecía a través de una página de Facebook llamada «Productora Calypso».
Pero, todos tenían un denominador común: Eran adultos jóvenes, profesionales, bien parecidos pero solitarios, y con ciertas disfunciones familiares.
Para la psicóloga forense Margarita Rojo,»los seguidores tenían vacíos existenciales, tenían problemas de autoestima, por eso tenía que venir otro a valorarlos pero después los denostaba».
A comienzos de 2009, «Antares» empezó a reunirlos en diversas viviendas repartidas entre la Región Metropolitana, la IV y la V Región. Quienes se equivocaban o no seguían las instrucciones, este los desnudaba y los golpeaba con un palo durante 45 minutos e incluso a las mujeres las agredía sexualmente.
EL FINAL DE «ANTARES DE LA LUZ»
Las relaciones sexuales con las integrantes del grupo seguían. Pero Antares les había advertido que ninguna podía quedar embarazada, pues el niño que naciera sería el «anticristo» y, por lo tanto, tendría que ser eliminado.
Antares se enteró de que Natalia Guerra esperaba un hijo, por lo que la idea era que la guagua naciera por parto natural y sin más asistencia que la proporcionada por el resto de las mujeres del grupo. Sin embargo, el 21 de noviembre del año pasado la joven presentó problemas, por lo que la llevaron hasta la Clínica Reñaca. Allí nació un varón, que dos días después fue sacado por la agrupación y llevado hasta el fundo Los Culenes de la localidad de Colliguay, en Quilpué.
A las 23:00 horas del 23 de noviembre, la secta inició un rito para eliminar al supuesto anticristo. Cuando el brutal sacrificio finalizó, algunos se descolgaron del grupo e incluso vendieron sus posesiones para intentar olvidar lo que había pasado.
El 21 de diciembre de 2012, no llegó el fin del mundo y Antares perdió la credibilidad de sus seguidores. Por eso, Antares decide desaparecer del mapa y refugiarse en el Cusco, Perú. Seis días después, Antares se colgó de una viga en una casa abandonada, donde estuvo escondido.