A pesar de que los “chicos malos” suelen ser los que al parecer más suspiros provocan, un reciente estudio llevado a cabo por el departamento de psicología de la Universidad Senshu (Japón), la Universidad de Oslo (Noruega) y la Universidad de Chieti (Italia), ha concluido que los hombres con caras sonrientes son más aptos para una relación a largo plazo que los que presentan un semblante más serio.
Para llegar a esta deducción, los investigadores partieron de la conjetura de qué forma percibían las mujeres a los hombres según el tipo de relación que estuvieran buscando. Así, 218 estudiantes universitarias de Japón, Noruega e Italia fueron reclutadas para evaluar el atractivo de una serie de rostros masculinos divididos en dos categorías: expresión neutra o sonriente. Las jóvenes tuvieron luego que decidir con cuáles de los rostros estarían dispuestas a comprometerse en una relación a largo plazo con posibilidad de acabar en matrimonio y cuáles simplemente para una relación temporal o citas casuales.Los resultados de la evaluación demostraron que los hombres sonrientes fueron vistos como los “futuros mejores maridos”, esto es, la mejor elección de cara a una relación estable.
En la segunda parte del estudio los expertos contaron con la participación de 71 estudiantes universitarias que tuvieron que clasificar las mismas caras sonrientes o neutrales para averiguar qué cualidades consideraban más adecuadas según el tipo de relación: a corto o largo plazo. Las participantes calificaron los hombres con caras sonrientes como menos masculinos y menos maduros pero mucho más dignos de confianza en comparación con los rostros de expresión neutra.
“Estos resultados están de acuerdo con la idea de que las características sociales y de cooperación serían fundamentalmente importante para las parejas a largo plazo, pero no mucho para las relaciones a corto plazo debido a que la cooperación es necesaria para la crianza de los hijos en el primer caso, pero no en el segundo”, según los autores.
El estudio, que ha sido publicado en la revista Evolutionary Psychology, concluye así que si un hombre desea tener suerte en el amor, ante todo, deberá esbozar su mejor sonrisa.