Hospedar a un extranjero ¿por qué no?

El quid pro quo gasolero empieza a convertirse en tendencia a la hora de ponerse una mochila al hombro y salir a recorrer el mundo.

Hospedar a un extranjero ¿por qué no?

Autor: Estefanía González

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Es simple: te abrís un perfil en una página como la de Couchsurfing, lo cual no dista demasiado de hacer un perfil en cualquier otra red social: una fotografía, los datos básicos y, si quieres caerle más simpático a los demás usuarios, puedes agregar algunas preferencias y gustos personales.

Luego, si lo que te interesa conseguir es alojamiento, solo indica tu destino en un buscador y escribe una mini presentación tuya relatando a dónde vas y por cuánto tiempo. Si lo que quieres, en cambio, es ser anfitrión y tirarle un colchón a un viajero, entonces solo bajas tu cursor hasta encontrar las peticiones de quienes visitarán pronto tu ciudad.

Allí encontrarás cosas como esta: “Estaré en Buenos Aires de una semana a diez días. Aunque voy a trabajar, quiero gastar el mayor tiempo posible en las calles. Me encantaría encontrar dónde quedarme, o al menos conocer gente de allí que me pueda mostrar los lugares escondidos. Siendo una gran fan de Borges y Cortázar, estoy realmente excitada de finalmente visitar la ciudad”. La autora es una ingeniera informática de treinta años oriunda de San Francisco, Estados Unidos.

Si no te quedaste del todo convencid@ como para invitar a un postulante a dormir a tu casa o meterte en el departamento de un extraño, puedes buscar las referencias que otros anfitriones o huéspedes hicieron del usuario, como por ejemplo, la que Irene hizo de Roby, un joven italiano que ama recorrer países junto a su guitarra: “Salimos con Roby una tarde, fue todo muy lindo. Fuimos a la playa y conocimos todo, fue tan genial y fluido. Como si ya fuéramos amigos. Él es un chico simpático y fácil de llevar, puedes tener buenas conversaciones con él. Sus valores personales y buena educación me hicieron sentir cómoda con él. Estoy muy contenta de haberlo conocido”. Roby tiene más de 40 referencias positivas.

Según el blog especializado en viajes “Magia en el Camino”, Couchsurfing (cuya traducción sería algo así como “surfear sillones”) es la mejor manera de conocer los distintos destinos ya que se hace “a través de su gente”.

Couchsurfing no maneja dinero: nadie paga ni recibe una prestación económica por brindar alojamiento. Pero esto no significa que no puedas llegar a obtener una agradable sorpresa a cambio: “Con Paul nos conocimos a través de Couchsurfing. Él era de Alemania y se iba a quedar dos noches en Buenos Aires. Chateamos un poco por Skype antes de que viajara. Llegó y después de las dos noches lo invité a que se quedara algunos días más y él dijo que sí. Nos fuimos juntos a recorrer el norte argentino y después yo me volví con él a Alemania. Hoy estamos casados”, cuenta Violeta, de 26 años.

Como verán, así como sucede con los viajes, los resultados de atravesar la experiencia de Couchsurfing son impredecibles.


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