Lo que pasa es que nadie te lo advirtió antes de mudarte. (Tampoco tu mamá y es como una suerte de revancha o de un «valórame» como un mensaje subliminal, cosa que a las mamás les encanta) Dale un ojo a 21 imágenes que te van a hacer llorar de nostalgia. Es casi un tributo. Un reconocimiento implícito de que sí. SOMOS SUPER MAMONES!!! En El Ciudadano padecemos esto a diario ¬¬
1. Primero, lo visible: no entiendes cómo ocurrió este cambio tan drástico.
2. No es mentira, son cosas que pasan.
3. Empiezas a extrañar las cosas de tu infancia, con más fuerza que nunca.
4. Este eres tú cuando te sientes mal y vives sin tu mamá.
5. Tu mamá no permitía que faltaran instrumentos en la cocina. Había de todo. Cuando te mudas, la historia es otra:
6. Te darás cuenta que ya no hay nadie cerca para que te cosa la ropa.
7. Los primeros meses sufrirás más.
8. Y poco a poco empiezas a notar que la vida no es como pensabas.
Porque si no lo haces tú… nadie lo hará por ti. CAGASTE!
9. Ahora esto es lo más cercano a una “buena sopita” cuando la necesitas.
Es eso o salir a la calle por una. Lo que es mierda en cualquier caso. Atrás quedaron las sopitas de pana con crutones. O los mariscales los domingos. Es la muerte!
10. Tú mamá no hubiese permitido jamás que la cocina se viera así.
Pero así luce la tuya la mayor parte del tiempo… y lo sabes. (Y estanos siendo generosos, porque se ve peor. No son sólo platos sucios. También son cáscaras de huevos, bolsas de té por todas partes, colillas de cigarros mojadas en ceniceros que huelen pésimo y miles de latas de chela por doquier. Ojalá que no te pase nada por las noches que sea digno de una serie o en CSI dirían que eras un chocino de mierda jajajja
11. Ni hablemos de la nevera cuando vives con tu mamá Vs. Cuando empiezas a vivir solo.
Esto cambia despupes de un par de años, pero siempre te queda la sensación de que lo único que hay en tu refri es una mosca cagá de frío que, cuando lo abres, sale tiritando, mientras te insulta.
12. Es muy común que se te olvide comprar papel higiénico y te des cuenta en momentos como estos.
Esto es lo peor. porque si no compraste papel higiénico, menos compraste pañuelos desechables, servilletas y para qué hablar de toalla NOVA. Lo que yo hice, fue ir, indecorosamente con los pantalones en los tobillos a buscar los cuadernos de la U. Saqué las hojas y las arrugué. Luego las froté hasta que quedaron suaves (el culo se duerme en el proceso, porque es largo) y después te limpias y SIEMPRE queda áspero igual. Quizás esto es lo peor de todo. Buena suerte con eso.
13. Hay que admitir que cambian las prioridades al ir al mercado.
Empiezas a comprar lo que te gusta. Pero te da culpa. Sabes que elegiste mal. Te sientes empoderado de poder elegir. Luego te duele la Guatita y sólo quieres llorar.
14. Y este eres tú las primeras veces que llegas tarde a tu casa nueva y nadie te regaña, ni te pregunta dónde estabas.
15. La decoración de tu hogar no es la más dedicada que hayas visto en tu vida.
16. ¿Te acuerdas cuando te quitabas algo sucio y tu mamá te lo lavaba en el acto? Pues eso se acabó.
Ahora montañas de ropa sucia decoran tu hogar. Literalmente. Pareciera que la ropa se multiplica, como los Gremlins. Está a los pies de tu cama, detrás de la puerta, bajo el lava manos, en la cocina, en el patio, etc. Si cobrara vida, seguro te mata. Y jamás hay algo completamente limpio. ¿Cómo lo hacen?
17. Como cuando descubres que la lavadora destruye tu ropa favorita, y tratas de hacer algo “inteligente” que nunca termina bien.
Lavar a mano es como bañar al diablo. Lo peor es el cloro. En algún momento terminas luciendo como una vaca o como un dálmata. Somos un fracaso!!!
18. Cuando vivías en la casa de tu mamá, la basura nunca llegaba a este estado. En la tuya sí.
“Pero si la acabo de botar hace tres minutos”… o la semana pasada. No me acuerdo. Lo malo es que los basureros nunca se ponen de acuerdo con el día en el que pasan.
Ok. La verdad es que me importa un pico. Y me invaden los polutos!!!