Emitiendo una suerte de exoferomonas, la marihuana nos ha convertido en insectos que aseguran su existencia con una tencopolinización global. La marihuana nos seduce con sus efectos medicinales, con sus dotes psicotrópicos y con sus imágenes –como las flores a los insectos con sus colores afrodisiacos.
Este aparato de seducción –de usar a los hombres para reproducirse– se desdobla de manera permanente en una extensa parafernalia, a la que habría que añadir, el nuevo libro llamado Cannabis Under The Microscope: A Visual Exploration of Medicinal Sativa and C. Indica de Ford McCann, en el que se muestran 170 imágenes del cannabis en todo esplendor, tomadas con microscopios electrónicos.
Los jugosos cristales por los que los fumadores de marihuana tanto se deleitan. Cristales que arden y hacen viajar.