La actriz Jennifer Lawrence, recientemente ha alcanzado gran fama por ser la protagonista de la película “Los juegos del hambre”, ha reconocido volverse “increíblemente maleducada” cuando sus fans se le acercan para hablar con ella o pedirle que se hagan selfies. “En cuanto entro en un sitio público me vuelvo muy borde, grosera. Me convierto en un profundo agujero”, ha confesado.
“En cuanto entro a un lugar público, me vuelvo extremadamente grosera. Es mi única defensa”, dijo Jennifer y, como ya había dicho antes en otra entrevista, le molesta que los fans se acerquen a ella como si la conocieran personalmente, cuando para la actriz son completos extraños y aunque esta actitud no la refleja en pantalla, ni en el set de actuación, ella aclara que es la única forma en que puede conservar su intimidad y tratar de rehuir a las consecuencias negativas que le ha traído la fama.
«Creo que la gente piensa que ya somos amigos porque soy famosa y sienten que ya me conocen, pero yo no los conozco. Tengo que proteger mi burbuja, tengo un trabajo extraño pero no dejo que sea una realidad. Llevo a mi perro al parque todo el tiempo, a Central Park, pero tan pronto como llegamos a la entrada estamos fastidiados porque se acerca todo el mundo», añade a The Daily Telegraph.
También la actriz terminó hace poco su relación de un año con el director de cine Darren Aronofsky. Las razones del quiebre estarían relacionadas con motivos laborales.
Jennifer contó que el fin comenzó con ¡Madre!, película que ella protagonizó bajo las órdenes de Aronofsky. Ambos estuvieron mucho tiempo juntos durante y después de la filmación de la producción que generó opiniones divididas de la prensa especializada. «Estábamos de promoción juntos, y lo último de lo que yo quería hablar cuando volvíamos al hotel era de la película, pero eso era lo único que él deseaba hacer», reconoció.
La intérprete agregó que, mientras ella prefería ignorar las críticas negativas hacia el filme, su ahora ex pareja las analizaba detenidamente una y otra vez. «Me leía los comentarios negativos, y al final tuve que decirle que no me parecía sano y que no participaría en ese juego porque, si los escuchaba, me pondría a la defensiva, especialmente porque estaban hablando de mí», aseguró.