La ganadora del Óscar Jennifer Lawrence habló por primera vez acerca de unas fotos muy íntimas y personales que unos piratas informáticos le robaron de su teléfono móvil y dieron vuelta por todo el mundo.
En declaraciones a The Hollywood Reporter, la protagonista de Los juegos del hambre contó cómo se sintió en aquel momento, su impotencia por no poder hacer nada por combatir la difusión de aquellas imágenes y los motivos por los que nunca llegó a denunciar aquella situación.
Todo se inició el 31 de agosto del 2014 cuando la actriz tenía 24 años, pero ha sido ahora cuando por fin se atrevió a hablar sin tapujos del momento en el que los hackers llevaron a cabo el robo de las fotografías. “Siento que fui violada en grupo por todo el planeta. Tuve la sensación de violación, aún no puedo explicarlo con palabras. Creo que sigo intentando procesarlo”, comenzó su narración la actriz.
Lawrence contó las sensaciones que vivió cuando a cada hora iba saliendo más de una fotografía privada suya y cualquier persona del planeta podría hacerse con ellas. “Podías estar en una barbacoa y que alguien te las enseñara en cualquier momento porque las tenía en su móvil. Es algo imposible de procesar. Y por si fuera poco, virtualmente no existía ningún método para acabar con esto”, refirió la talentosa actriz.
Sin embargo, y pese a todo lo ocurrido, la actriz optó por no denunciar a los hackers por un motivo: “Nada iba a devolverme la paz, ni a devolvernos mi cuerpo desnudo a mí ni a Nic (su pareja de aquel momento), la persona a la que iban dirigidas. No me interesaba denunciar a todo el mundo, solo quería tratar de superarlo”.
Esta situación creó en la actriz un trauma que aún está intentando superar. “Un año y medio después, me preguntaron que qué sentía al ser un modelo a seguir para las mujeres. Me tuve que ir al baño a llorar porque no podía creer que alguien aún pensara eso sobre mí después de lo que había pasado”, dijo.
Meses después del hackeo, los piratas informáticos volvieron a actuar y publicaron unos correos en donde mostraban que la actriz había cobrado menos que sus compañeros de rodaje de la película La gran estafa americana, lo que desató una nueva polémica sobre la desigualdad salarial en Hollywood.