Cabalista, psicomago, cineasta de culto, escritor, tarotista y gurú; Alejandro Jodorowsky es una especie de mito que camina por Europa con aires de chileno. ¿Qué le queda de Chile a Alejandro Jodorowsky si viene tan poco y después de cada tanto? Acá publicamos un extracto de la entrevista que realizó Amanda Durán al escritor para El Ciudadano en 2010.
Entrevistarlo un domingo en la tarde, tomando café con leche y medialunas en pleno París, es uno de los mejores panoramas de la vida. Pero como no podemos hacerlo, ya sea porque Francia queda cada vez más lejos, o porque no como medialunas desde la dieta, lo llamamos por teléfono a su casa en París, entre sus gatos y un ruido de fluidos cayendo; pienso que contestó desde el baño.
-¿Cuál es su relación con Chile?
-Tocopilla. Y en el resto, bueno… soy chileno, nací allá. Aunque hoy es muy poco lo que me queda de lo que tuve; de mi generación muchos fueron muriendo, a muchos los desaparecieron, otros se fueron. De mis amigos sólo queda Parra [hoy fallecido] y un par más, no es mucho. Tengo de allá lo que me entero por los diarios, que es muy poco.
-Cuando uno se va de su pueblo, quedan recuerdos, olores, colores, gente que uno espera reconocer en el regreso. En sus regresos a Chile ¿Qué es lo que sobrevive a esa memoria?
-La memoria es una suma de cosas, yo viví principalmente en Tocopilla mi infancia, de ahí tengo la primera gran capa que me cubre; luego, en Santiago hasta los veinte, veintitantos, ahí me formé como escritor, ahí generé mucho de lo que soy ahora, ahí está la segunda capa; luego México, Francia, etcétera. Entonces, resulta que somos una suma de partes, de capas que nunca nos quitamos.
-Somos como las cebollas.
-Claro, como las cebollas. Por eso yo nunca me fui de Chile, yo sigo allá, estoy contigo ahora.
-Como Lihn: “Nunca salí del horroroso Chile”.
-Es que uno nunca termina de irse del lugar donde se crió, donde se formó. Es Borges quien lo dijo primero, ya fuera de Argentina, dijo que él permanecía ahí en Buenos Aires; yo también estoy allá constantemente, en Chile.
-Si un país sin cultura se extingue, desaparece, como vamos nosotros. ¿Qué nos hace falta para desaparecer y qué nos salvaría?
-La mutación, la transformación es el único medio, reconocer a las nuevas generaciones de artistas, escritores. Mira, todo está mutando hoy con las comunicaciones; hay que aceptar estos cambios que no son abruptos, no son revolución; la revolución no sirve de nada porque se cambia un sistema por otro y eso no sirve; hay que aceptar y mutar, desde ahí transformar.
Por Amanda Durán
*Extracto de la entrevista que realizó Amanda Durán al escritor en 2010.