Pasuda Reaw, de 21 años, tenía tatuada en su pecho una gran rosa. Cierto día se arrepintió de su tatuaje, pues quería verse más profesional para buscar trabajo.
Entonces decidió hacerse un tratamiento para remover su tatuaje. Intentó el método Rejuvi, un método químico sin láser que utiliza una pequeña pistola de tatuaje para elevar los pigmentos de tinta en la piel, y crear una costra que puede removerse. El método es ampliamente utilizado en el Reino Unido, pero esta vez salió terriblemente mal.
Al poco día de haber comenzado el tratamiento, empezó una comezón sumamente dolorosa. Fueron dos meses de un dolor tortuoso que dejó una cicatriz rosada en su pecho.
La estudiante de arte de Udon Thani, en el norte de Tailandia, dijo: «Al principio Rejuvi parecía una buena manera de quitar el tatuaje. No quería usar láseres. Empecé el tratamiento y de inmediato me picó y me dolió mucho. La piel tardó mucho en desprenderse. Era como una tortura y no podía dormir».
Decidió compartir su historia y sus fotos para persuadir a las personas a que no se ahorren dinero en este tipo de cosas.