Hace unos 20 años, los que estaban en su más tierna infancia recibieron uno de esos juguetes que marcarían una época: el Tamagotchi. Era una mascota digital que debías cuidar y prestar atención para que su estado de ánimo fuera bueno y no muriese. En el peor de los casos siempre podías resetear el dispositivo y eclosionar un nuevo huevo. Pero ahora, después de todo es te tiempo, llega My Tamagotchi Forever.
A principios de este año, Bandai sorprendía con la llegada de nuevos Tamagotchi. Se trataba de una versión actualizada del juguete que salió en 1996 en Japón y que posteriormente conquistaría el mundo entero. Y aunque a Estados Unidos llegó una app oficial que emulaba a la perfección el dispositivo original, esta se queda muy atrás de lo que será My Tamagotchi Forever.
Ahora será mucho más fácil cuidar de nuestro Tamagotchi. En este juego sólo nos tenemos que limitar a acariciarlo, a darle de comer su comida favorita y jugar a minijuegos para subir su estado de ánimo, darle de comer cuando esté hambriento, lavarlo cuando esté sucio, llevarlo al baño para que haga sus necesidades y acostarlo en la cama cuando tenga sueño. En la parte inferior veremos cuatro acciones con un indicador de su estado de ánimo, de hambre, de higiene y de descanso.
A diferencia del original, aquí nuestro Tamagotchi no se podrá enfermo, por lo que no hay que medicarlo, tampoco se portará mal por lo que no podremos regañarlo ni podremos ver ni su edad, peso ni su nivel de disciplina, características clave para el éxito del juguete electrónico. Tampoco morirá nuestro Tamagotchi aunque llevemos semanas sin jugar.
El único tiempo de espera que encontramos en el juego es cuando el Tamagotchi se va a dormir, que es una espera de unas dos horas para recuperar toda la barra de energía, ya que cuando tiene sueño no querrá comer ni estará para acaricias. Las demás acciones son rápidas, en el momento, hasta para construir los objetos.