Karen Doggenweiler y el crudo relato del asalto a su hija: «La patearon, le pegaron en la boca y caderas»

“Le roban a ella la cartera, la encañonan y le pegan con la parte de atrás del revólver

Karen Doggenweiler y el crudo relato del asalto a su hija: «La patearon, le pegaron en la boca y caderas»

Autor: Pato Lakes

“Le roban a ella la cartera, la encañonan y le pegan con la parte de atrás del revólver. Y le rompieron la cabeza, la patearon, le pegaron en la boca, en las caderas, en las piernas”.

Este es parte del crudo relato que dio Karen Doggenweiler, en el late Síganme Los Buenos, sobre al violento asalto que sufrió su hija mayor durante la madrugada del sábado.

La animadora regresó ayer a sus labores en la campaña presidencial de su marido Marco Enríquez-Ominami, tras ausentarse para cuidar la estudiante de Ciencia Políticas de 21 años, que resultó con TEC cerrado y otras lesiones.

La noche del sábado, la conductora de TVN y el candidato descansaban en su hogar tras ver la franja electoral televisiva. Pasadas las dos de la madrugada recibieron el llamado avisándoles que Fernanda estaba en la clínica, herida.

La universitaria se encontraba junto a una amiga y tres amigos, esperando un taxi Cabify en el centro de Santiago.

Un vehículo se estacionó y les hizo cambio de luces. Los jóvenes pensaron que se trataba del taxi, pero del vehículo bajaron cuatro delincuentes encapuchados y con revólveres que se ensañaron solo con Fernanda. La lanzaron al suelo, le pegaron con un revólver en la cabeza, y la patearon en el suelo.

Estas fueron las palabras de Doggenweiler en el programa del canal VIVE -señal 47 de VTR- animado por Julio César Rodríguez:

Julio César Rodríguez: “¿Cómo lo has pasado en estos últimos días? Leímos en la prensa lo de la Fernanda”

Karen Doggenweiler: “Lo de la Fernanda…”

Rodríguez: “Estuvo súper duro, ¿no?”

Doggenweiler: “Duro, pero fíjate que es valiente, fantástica. Te decía recién, fuera de cámara, que ojalá hubiera quedado con un poquito más de susto. Tú dices que va a venir en algún momento. Pero ella siente que no pueden sacarnos de las calles, que ella va a seguir haciendo su vida. Va a seguir con sus compañeros, sus amigas, sus amigos y remeciendo a los chilenos. (Muestran en pantalla una imagen de Fernanda). Ahí está mi chiquitita. Y fue algo como son este tipo de situaciones, confusa, dura”

Rodríguez: “Creo que la situación fue mucho más dura que la empujaron al suelo, porque fue un asalto fuerte, digamos”

Doggenweiler: “Sí, bajaron estos encapuchados de un auto…”

Rodríguez: “¿Cómo? Ellos estaban en un lugar y pidieron un Uber”

Doggenweiler: “Sí, tres chiquillos, dos niñas. La Fernanda con la Carola, su amiga, pidieron un Cabify. Bajaron estos tres niños a acompañarlas, porque se iban a las dos de la mañana. Hicieron todo lo que hay que hacer, bien hecho, pedir un auto, esperarlo, de repente ver que alguien le hace un cambio de luces…”

Rodríguez: “Y las acompañaron”

Doggenweiler: “Sí, alguien hizo un cambio de luces. ‘Ahí está el auto que estamos esperando’. Bajan estos cuatro tipos encapuchados. Se ensañan con la Fernanda. Le roban a ella la cartera, la encañonan y le pegan con la parte de atrás del revólver. Y le rompieron la cabeza, la patearon, le pegaron en la boca, en las caderas, en las piernas.

“La Fernanda tiene además una operación en la espalda, una fijación en la columna por una escoliosis que tuvo. Y bueno, la cabeza sangra mucho, es tremendo. Todo lo que se vive a partir ese momento es súper complicado”

Rodríguez: “O sea, la botaron al piso para golpearla”

Doggenweiler: “Para golpearla, sí. Y lo raro, entre comillas, hasta ahora, es que a nadie más le pasó…”

Rodríguez: “¿Perdió el conocimiento o nunca?”

Doggenweiler: “No, TEC cerrado”

Rodríguez: “Abierto, porque se abrió”

Doggenweiler: “Cerrado”

Rodríguez: “Ah ya…”

Doggenweiler: “No sabemos. Pero es parte del diagnóstico médico”

Rodríguez: “Porque le tuvieron que poner puntos, porque…”

Doggenweiler: “Sí, se pega eso”

Rodríguez: “Sí, como con una gotita que hay”

Doggenweiler: “Sí. Y le sacaron parte de su pelo y le curaron. Y es tanto el estrés que vive el cuerpo en ese momento… A uno le da mucho pudor perder minutos para hablar de lo que pasó, porque uno quiere hablar de todos los chilenos, de lo que pasa con la delincuencia en todas partes.

“Pero hay algo valioso de todo esto, Julio César. Muchos candidatos, muchas candidaturas, a propósito de que les pasa algo, cambian su discurso, o lo endurecen o lo ponen más blando, más laxo o, a lo mejor, dejan de hacer cosas. Yo creo que lo bueno de nosotros, de esta campaña progresista, es que no vamos de hablar de armarse ni de tomar…”

Rodríguez: “Un martillo”

Doggenweiler: “Un martillo, como dijo Piñera. Yo creo que eso, bueno, es que tenemos claras nuestras convicciones, no solo las causas, sino la desigualdad que hace que la sociedad sea mucho más dura”

Rodríguez: “¿Y cómo se enteraron ustedes?”

Doggenweiler: “Llamó por teléfono la Carolita, que está acá, la conoces. Llamó a Marco y empieza… Cambia la vida, si en el fondo…”

Rodríguez: “¿Tú estabas en Santiago”

Doggenweiler: “Sí, los dos con Marco estábamos. Sí, estábamos acá. Y valiente ella, fuerte”

Rodríguez: “Y llegó ella a la casa después adolorida”

Doggenweiler: “La atendieron. El cuerpo queda con una situación tan tensa, un estrés tremendo al que se somete, que después ella andaba muy adolorida, muy apaleada. Vienen dolores de cabeza muy fuertes por todo esto, contusiones. Y bueno, ella es fuerte y va a salir adelante. Estoy segura”

Rodríguez: “Y a ti, como mamá, te estremece, porque la tuvieron encañonada”

Doggenweiler: “Encañonada y uno dice, en ese minuto, qué pasa, porque me dice que eran muy altos, unos tipos muy altos. Y uno dice qué pasa si, a lo mejor, se hubiera movido y hubiera pensado, no sé, terminan probablemente disparando. Yo creo que es devastador, tremendo”.


Reels

Ver Más »
Busca en El Ciudadano