Audi es un husky siberiano que vive en una casa en Tailandia. Sus dueños, como los de muchos otros perros, trabajan fuera de casa y esto hace que Audi pase muchas horas al día solo en el jardín. Sin embargo, la vida de este husky no es tan aburrida y triste como en un principio nos podríamos imaginar.
Tras el muro de la casa de Audi hay una calle y al otro lado una valla que protege la casa de Oranit Kittragul y su perro Messy, un labrador que, a pesar de los muros, es también el mejor amigo de Audi.
Como le ocurre a muchos otros perros, durante las largas horas que está solo en casa, Audi sufre por la ansiedad de no saber cuándo vuelven sus dueños. Es entonces cuando su vecino y amigo entra en acción y se asoma a su valla para mirar y consolar a Audi.
Lo habitual entre estos dos amigos es que, cuando Audi se siente solo y llora, Messy le ladre desde su verja y consigua que Audi se calme. Lo extraño fue lo que presenció Oranit mientras pasaba un rato en el jardín con su perro.
La sorpresa ocurrió cuando Audi se escapó de su casa y llegó a la de Oranit y Messy. Una vez allí, posó sus patas delanteras sobre la verja y se asomó al jardín de su amigo. Entonces, Messy hizo lo mismo desde su lado de la valla.
En ese momento ambos perros se sumieron en un abrazo, que Oranit consiguió capturar en imágenes. “Se conocen a través de la verja y esa es la única vez que se han abrazado”, explica la dueña de Messy a LaVanguardia.com.
Tras el emocionante momento, Oranit tuvo que devolver a Audi a sus dueños. Lo que queda claro es que a estos amigos no los separan los muros.