Robbie Tripp es un joven de 26 años que como activista y autor ha escrito una carta a su esposa Sarah que ha dado vueltas por Internet después de que la publicó en Instagram.
En esta, hace que nos cuestionemos los estándares de belleza que tenemos hombres y mujeres, en especial dándole una lección al sexo masculino y lo que – muchas veces, de manera inconsciente – prima a la hora de pensar en la belleza.
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«Amo a esta mujer y su cuerpo curvilíneo. De adolescente, mis amigos me molestaban por las chicas más gruesas que me atraían: algunas más bajas y rellenitas, chicas que el tipo «promedio» quizás les llame gordas.
Mientras me convertía en hombre empecé a educarme sobre el feminismo y cómo los medios marginalizan a las mujeres al retratarlas de una manera muy específica y acotada, específicamente en cuanto a estándares de belleza (delgada, alta) y me di cuenta cómo los hombres nos hemos comprado la mentira.
Para mí, no hay nada más sexy que una mujer como la de la foto: muslos gruesos, gran trasero, rollitos, etcétera. Su tamaño y talla nunca serán los que salen en Cosmopolitan, pero es lo que prima en mi vida y corazón. No hay nada más sexy para mí que las curvas y la confianza; esta chica hermosa con la que me casé calza llena sus jeans con su figura y es la más bella de la habitación.
Chicos, re-piensen lo que la sociedad les ha dicho sobre qué desear. Una mujer real no es una estrella porno, ni una maniquí de bikinis o un personaje de película. Es real. Tiene estrías hermosas en sus caderas y celulitis en su trasero. Chicas, no se engañen a sí mismas pensando que deben cumplir con cierto molde para ser amadas y apreciadas. Hay un chico ahí afuera que celebrará lo que son, alguien que las ame como yo amo a mi Sarah».