La última película de la saga «Alien«, Alien: Romulus, dirigida por Fede Álvarez, llegó a los cines con una narrativa que resuena con las preocupaciones contemporáneas. Esta séptima entrega de la franquicia (novena si se incluyen las películas de Alien vs. Predator) sitúa a los personajes principales en una nave abandonada, enfrentándose a una criatura que emerge como un reflejo de las crisis económicas y la precariedad juvenil.
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El enfoque actual se alinea con temas de la era moderna, como la explotación laboral y la marginalización de los androides.
La saga Alien siempre ha sido más que una simple historia de terror; explora complejos temas sociales y psicológicos. En su entrega original de 1979, el xenomorfo se presenta como una amenaza primordial que desafía la supervivencia de la tripulación de la nave Nostromo.
Aunque el foco en los detalles argumentales no era predominante, el terror y la lucha por la supervivencia ante un monstruo implacable sí lo eran. Esta perspectiva refleja una distopía corporativa y cuestiona el dominio humano frente a amenazas externas.
El xenomorfo, según el crítico Ramón Alfonso, simboliza una amenaza interna, una forma de horror familiar que destruye desde dentro, lo que hace eco de temáticas de terror doméstico. Además, la representación de la criatura tiene connotaciones sexuales y maternas, destacando una forma de vida alienígena que invade y amenaza la estabilidad familiar, un elemento recurrente en la saga.
Las secuelas de Alien han tratado de expandir y reinterpretar el universo original. Ridley Scott, con sus precuelas Prometheus y Alien: Covenant, introdujo elementos divinos y existenciales que contrastan con el enfoque más sencillo y terrorífico del primer film. Estas películas exploran la creación y la destrucción desde una perspectiva más amplia, agregando capas de significado al monstruo original.
El análisis del xenomorfo como una representación de la muerte inevitable, y su conexión con el concepto freudiano de lo siniestro, resalta cómo la saga utiliza el horror para abordar temas profundos sobre la existencia y la naturaleza humana. La criatura de Alien es un poderoso símbolo de lo desconocido y lo incontrolable en un mundo tecnológico que avanza.
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Foto: Redes
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